Eso es lo que decía en uno de sus artículos el brillante periodista Juan Cruz, a propósito de Luis Suárez, el delantero del F.C. Barcelona: "es mejor en el campo que en la televisión". Y claro, lo decía porque en el campo se le puede ver en todos los momentos del juego, cuando tiene el balón y cuando no lo tiene, cuando ataca y cuando defiende, cuando pelea y cuando observa, no así en la televisión que solo se ve cuando participa en la jugada que se desarrolla en ese momento, que es la que aparece en el plano que ha elegido el realizador.

Eso que decía Juan Cruz, a propósito de la manera de jugar un futbolista, podría decirse, con carácter general, para cualquier otro tipo de acontecimiento, ya que solo sabemos de él lo que nos cuentan los medios de comunicación, que ni es todo, ni ha sido vista con nuestros propios ojos. Porque cada uno tenemos un encuadre diferente para cada hecho, ya que no todos gozamos del mismo estado de ánimo, ni de la misma objetividad, ni de la misma posición relativa respecto al acontecimiento observado.

De hecho, cuando hacemos algún comentario de algún conocido, ya sea o no laudatorio, a uno de sus familiares más próximos, no es extraño que nos contesten diciendo "¡tú no lo conoces!, si vivieras con él no dirías eso". Porque, claro, quienes están más cerca tienen la oportunidad de seguir mejor sus pasos y, por tanto, gozar de un mayor conocimiento que el que tenemos quienes lo vemos de vez en cuando. De manera que no solo se cumple aquello de que "todo depende del color del cristal con que se mira", sino también del grado de información del que se dispone.

Por eso, aunque lo ideal sería que quien dispusiera de información la hiciera llegar a los demás, sin filtros, ya que de esa manera los hechos serían los que deban ser y no los que quiera vender cada cura en su parroquia, desafortunadamente las cosas no funcionan de esa manera, sino que se trasmite con cuentagotas, porque interesa generar eso que se ha venido a llamar información privilegiada, que es la que se encuentra a disposición de unos pocos que mangonean el solar patrio.

Algunos han hecho su fortuna de esa manera, sabiendo con antelación cuando se iba a recalificar un terreno, o donde se iba a construir alguna estación de ferrocarril, o el momento en el que se iba a cambiar determinada ley o a subir determinado impuesto. A esos ciudadanos que disponen de información privilegiada e incluso, en algunas ocasiones, reservada, la sociedad los reconoce como inteligentes y triunfadores, cuando no han hecho otra cosa que aprovecharse de una información a la que no tienen acceso los demás.

El origen de la información no les importa a quienes se aprovechan de ella, incluso si el vocero que la trasmite es un personaje salido de las cloacas, o un excomisario de policía, ahora en la cárcel. Y si no que se lo pregunten a la exsecretaria general de un importante partido político, que trató de saber más que nadie para protegerse de la lava del volcán de la Gürtel.

Pero de ésta y otras noticias no suele informarse en detalle, porque siempre hay quien está interesado en que no trasciendan ¿O es que hay alguien que llegue a creerse que el aparato del Estado no conoce los movimientos de los partidos políticos, incluidos los de los independentistas, teniendo en cuenta los sofisticados medios con los que cuentan los servicios de inteligencia?

Al ciudadano de a pie le gustaría ver cómo actúan determinados personajes cuando están "en el campo", como pudo hacerlo el periodista Cruz a propósito del futbolista Suarez, pero desafortunadamente pocos pueden acceder a tener una entrada para ese tipo de partidos. Así que no les queda otra que conformarse con leer la misma noticia - si es que deciden publicarla - en medios diferentes y sacar las conclusiones que a cada uno crea menester. Como, por ejemplo, sobre la visita de la vicepresidenta del Gobierno al Vaticano a propósito de la exhumación de Franco, en el que según donde se informe uno, la reunión fue bien, mal o regular, pues el Abc ha dicho que "El Gobierno busca una solución", El País que "Negocia en Roma", InfoLibre que "El Vaticano buscará una solución" y OK diario que "El Papa dio con la puerta en las narices a Calvo, ya que la recibió el nº2". Y, por si fuera poco, El Vaticano ha dicho que la Santa Sede no se ha comprometido a nada.