Al presidente del Seminario Permanente Claudio Rodríguez:

En el periódico de días pasados, aparece un artículo firmado por usted en agradecimiento a Miguel Gamazo, donde da cuenta de una entrevista mantenida por ambos junto a mi padre, en mi casa, una conversación literaria.

Mi padre, José Enríquez de la Rúa, gran poeta, aunque olvidado, solía reunirse con frecuencia para tratar de literatura, en particular poesía, con estudiantes y otras pronas que pudieran tener interés. Efectivamente, esa reunión que menciona existió, pero no fue la única. Claudio Rodríguez, Gamazo y mi padre, junto con otros jóvenes que tenían en su espíritu la estrella de la poesía celebraron otras. En esa primera reunión se acordó, precisamente, mantener las citas cada dos o tres días, a las que debía acudir cada uno con un pequeño trabajo para estudiarlo entre todos.

De la segunda y tercera reunión salió Claudio Rodríguez con lo que sería su obra "Don de la ebriedad" que lo encumbraría como poeta. También vieron la luz diversas revistas y libros de corta extensión como "Así la aurora del Alba" o "Ritmos a la deriva". Pero lo más importante fue "Líricos zamoranos de hoy", primera antología poética zamorana. La segunda no llegó a publicarse por la muerte prematura de mi padre. Pero deseo hacer constar que esta antología está a la espera de publicación, objetivo que esperamos se cumpla en breve plazo.

Las reuniones sobre poesía continuaron, aunque no ya en mi casa y recibimos ayuda de la Casa Gallega o la de Madrid. Hoy en día existe una importante tertulia, la del grupo "Almena", que reúne todos los méritos y que merece nuestra ayuda.

Valeriano Enríquez González