Fernando IV El Emplazado unque nació en Sevilla, este joven rey se crió en Zamora bajo la tutela de su madre María de Molina y con los cuidados de su ayo Fernán Pérez Ponce de León. Al fallecer su padre Sancho IV en abril de 1295, comenzó su reinado cuando aún no había cumplido los diez años, siendo la reina regente su madre Doña María de Molina.

Habiendo sido nombrado tutor en infante Enrique de Castilla, se produjeron numerosas intrigas alentadas por este pariente, que aparentaba una buena amistad con María de Molina, resultó un funesto conjurado encubierto que procuraba con sus solapadas pretensiones tener de su parte a los zamoranos, pero le estorbaba la fidelidad incorruptible del Concejo.

Con el ánimo de lograr sus propósitos inventó la falsa especie de que allí se conspiraba contra el joven rey y que eran cabeza de la sedición Rodrigo Yáñez de Zamora, Mateo Benavente, Diego del Rey y Ferrarndo Guillén, personas de muy alta posición social y con riquezas, los cuales decía don Enrique debían ser presos.

Pidió permiso a la reina doña María para ir él personalmente a realizar el apresamiento. Pero Doña María de Molina no cayó en la celada, pues conocía el proyecto del infante, contestándole que se fuera, que ella misma haría la justicia que fuera menester y como sabía que aquellos cuatro zamoranos le eran incondicionalmente adictos, se reunió con ellos en Toro haciendo fracasar el artero propósito de don Enrique, que como no los halló en la capital, muy enconado hizo matar a un antiguo alcalde, Juan Gato y Esteban Elías.

En vista de tales actos de violencia, se unieron los Concejos de Benavente y Villalpando al de Zamora, con lo que el infante don Enrique dejó de fingir y les intimó a las claras que proclamasen rey de León al Infante Don Juan. Pero la actitud de los concejos era firme y no solamente rechazaron la proposición sino que se prepararon para su castigo, lo que hubo de evitar el infante huyendo al punto de la ciudad.

Los constantes servicios de los concejos a los que debió Doña María la conservación de la Corona en las débiles sienes de su hijo contra tantos peligros, se tradujo en vigor e independencia de la representación del Común, con detrimento de la influencia de los nobles. Zamora logró en Cortes celebradas en 1301 prescribir la participación de los nobles y los prelados en las deliberaciones del Concejo quedando estas encomendadas a los Procuradores del Común.

Continuaron las intentonas del Infante Don Juan, sugiriendo al joven rey Fernando sospechas de que su madre no le daba en el gobierno la participación que ya le correspondía por su edad y que además le defraudaba las rentas reales.

Don Fernando terminó por descubrir la verdad de tantas intrigas y calumnias, lo que derivó en una abierta rebelión del infante ayudado por algunos nobles.

Don Fernando IV El Emplazado falleció en 1312, a los 26 años de edad, sucediéndole su hijo Alfonso XI que también comenzó el reinado en la más tierna infancia.