Los lectores más jóvenes, al ver el título, pensarán que hoy escribo ciencia-ficción o que, como pedir es gratis, elevo la puja hasta lo más alto. Je. Pero en realidad el título alude al pasado, a un pasado reciente. Cuando yo era joven, Zamora tenía aeropuerto. En la recta de Coreses, junto a la carretera. Lugar perfecto, a la distancia de la capital adecuada y con una amplísima explanada disponible para pistas. Lo que no sé es si tuvo mucho tráfico aéreo. Imagino que no. Y un día lo cerraron, dejando solo la torre de control, que sigue existiendo y funcionando, dado que somos una importante zona de paso del tráfico aéreo internacional. Años después de que cerraran nuestro aeropuerto, llegó aquella etapa de "vacas gordas" en la que abrían aeropuertos por todas partes, como ahora ponen AVE incluso donde no hay viajeros. Del nuestro nadie volvió a acordarse, salvo Carreño, el del Prepal, que ha pedido su reapertura, incansable, hasta hace nada.

Yo tampoco me había vuelto a acordar, salvo cuando paso por la recta de Coreses, en Villagodio, y lo veo. Si lo traigo hoy a colación, es porque acabo de leer una interesante reportaje sobre el boyante aeropuerto de Teruel. De Teruel, sí. Apenas 35.000 habitantes. Con una despoblación semejante a Zamora. Con una desesperación colectiva similar y cristalizada en el gran lema "Teruel existe". Hace apenas diez años que los políticos de Teruel (desde el Gobierno autonómico y el Ayuntamiento) decidieron construir un aeropuerto. Parece locura, ¿verdad? Y sin embargo, habían estudiado la cuestión y vieron que podía haber hueco, eso que llaman "nicho de negocio". No para el transporte de viajeros. En el aeropuerto de Teruel nunca han despegado ni aterrizado aviones comerciales. Pero sí para mantenimiento y reciclaje de aviones. Ahí vieron la oportunidad. Y hoy, diez años después, el aeropuerto de Teruel empieza a ser rentable, porque es una de los grandes aparcamientos de aviones del mundo, uno de los lugares donde se almacenan, reparan, se desguazan o se ponen a punto. Y ahora ha despertado también el interés de compañías que necesitas pistas para probar drones, cohetes y similares. Para todo eso, es ideal un aeropuerto sin tráfico comercial, en zona despejada y muy lejos de áreas superpobladas.

Y claro, leída esa experiencia, no he podido evitar la melancolía de pensar que en Zamora ni siquiera hubiéramos tenido que crear un aeropuerto de la nada. Ya teníamos uno, que no supimos mantener, al que no vimos futuro y que, como con todo por aquí, cerramos sin más. A eso se le llama, supongo, falta de visión, ausencia de talento, mediocridad. Cuando escribía hace alguna semana lo de que no podemos esperar que cambie algo si insistimos en elegir a los mismos, en defender las mismas ideas y en hacerlo todo "como se ha hecho siempre", me refería a cosas como esta. Hay otra forma de hacer las cosas, e intentarlo es una condición imprescindible para obtener resultados diferentes. Tenemos que ser capaces de abrir paso al talento, de seleccionar a los mejores, de poner a gente espabilada y altruista en los puestos clave: Diputación, Ayuntamientos, Gobiernos autonómico y central. Debemos desde esas instituciones sabernos hacer a un lado, además, cuando el talento está fuera, como suele, y llega en forma de ideas audaces, diferentes, con visión de futuro.

La política, en fin, no puede ser una carrera ni una forma de vida para unos cuantos. No nos lo podemos permitir. La política solo tiene razón de ser si es el conjunto de palancas colectivas para remover obstáculos y construir un horizonte de futuro en el que no sobre nadie y nos falte gente. Los de Teruel no son más inteligentes que los de Zamora, ni tienen medios o factores que falten aquí. Tuvieron a gente en los puestos clave y en momentos clave, que no tuvimos aquí. El drama de Zamora es que los mejores casi siempre están fuera de las instituciones y que en éstas no hay la menor permeabilidad a sus ideas. ¿Han oído hablar de "Zamora 10"? Pues es la enésima demostración. Gente con ideas, que quiere ayudar, frente a representantes institucionales que se apresuran a ponerse tapones en las orejas no vaya a ser que los convenzan. Y por eso Teruel existe y tiene aeropuerto rentable, mientras Zamora se esfuma y ni recuerda que lo tuvo antes y mucho mejor. Nada más que decir.

(*) Secretario de Organización de Podemos Castilla y León