Todavía circulan por Internet anuncios de librillos de hace décadas ofreciendo recopilaciones de chistes, o supuestos chistes, de gays y machistas principalmente, aunque tampoco faltaban los dedicados a otros temas recurrentes. Pues bien, parece como si de uno de aquellas publicaciones de kiosco se hubiesen sacado, fuera de contexto, los tres chistes que aparecen desde hace unos pocos días en las calles de Zamora en varios paneles expositores. Chistes machistas, duros, brutales, crueles, que se acompañan de un lema también rotundo: "La violencia hacia las mujeres no es un chiste, no seas cómplice". Se trata de una campaña puesta en marcha por el Ayuntamiento de la capital, a través del Consejo Municipal de la Mujer, y que como era previsible ha originado una intensa polémica y no solo a nivel local.

Una polémica que, según ha explicado la teniente de alcalde Laura Rivera, se preveía, ya ya que de entrada originó un fuerte debate entre las integrantes del Consejo, aunque finalmente las opiniones a favor acabaron imponiéndose. Era eso de lo que se trataba: de impactar en la gente, de dar visibilidad plena a un problema humano y social, de denunciar una situación que no se resuelve con flores, velas, concentraciones y minutos de silencio, siguió dando explicaciones la edil de IU.Por eso mismo, se ha querido concienciar a través de una campaña audaz que no pase desapercibida. Y vaya si se ha logrado, pues la reacción de los grupos municipales de la oposición ha sido inmediata, y a las protestas personales e institucionales se han unido otros colectivos de carácter feminista más o menos radical.

El primero en saltar ha sido el PP, pero, claro, si se inicia la critica acusando al equipo de gobierno local, IU y PSOE, de sectario y de no haber tenido en cuenta otras opiniones, se deja ver el plumero político enseguida. Por lo demás, los ediles populares, lo mismo que muchos ciudadanos, puede que la mayoría, consideran que la elegida no es la mejor forma de sensibilización contra la violencia de género y menos aun entre los adolescentes, un colectivo que se estima que debiera ser objetivo principal en la campaña. La condena fue llevada hasta el Senado donde el PP presentó una moción aprobada por todos contra la campaña en vigor. Más moderada y menos politizada y resentida se ha mostrado la representación de C´s que califica de frívolo el mensaje, pese a que el fin del mismo sea por completo loable, dado lo cual pide que los carteles sean retirados ya. Que seguramente sería lo mejor.

Todos tienen sus razones válidas. En el fondo, como en tantas otras cuestiones, cabe preguntarse si es necesaria esta campaña, teniendo en cuenta sus pros y sus contras y por mucho aldabonazo que pueda suponer en las conciencias, pues también pudiera implicar un cierto riesgo de producir efectos contrarios, sobre todo entre la juventud, como se apunta desde el PP. De todos modos, y por desgracia, cuanto se haga por erradicar la violencia siempre será poco e insuficiente, dadas las cotas fatales de inevitabilidad que acompañan como una sombra maldita a la condición humana y a la vida misma de principio a fin. Una violencia de la que son víctimas mujeres, hombres, niños y ancianos.