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Mi patria es la clase obrera

Tengo más en común con trabajadores, parados y pobres que con los gobiernos de España y Cataluña

Quiero decirles a los españolistas, catalanistas y nacionalistas en general, que hoy mi patria es la clase obrera. Porque tengo más en común con los trabajadores, los parados y los pobres de Cataluña y de España, que con los gobiernos de España y Cataluña y los que les han apoyado para recortar en los años de la crisis los derechos laborales y sociales de la Constitución, que unos quieren mantener y otros modificar. Porque los que hoy parecen partidos políticos enfrentados por un referéndum no dudaron en hablar catalán en la intimidad para mantenerse en el gobierno de España. Porque tengo más en común con las personas honradas que con los corruptos de los partidos que gobiernan hoy en España y Cataluña. Porque en cualquier parte del mundo hay explotadores y explotados, como los hay en España y en Cataluña.

Por eso mi nación es la Internacional. Porque el territorio donde nací y donde vivo con su cultura y sus costumbres, y la lengua materna con la que aprendí a sentir y a pensar, me han llevado a poder cantar la misma melodía de emancipación de los parias de la tierra y la famélica legión del mundo, que identifica a millones de paisajes y culturas y miles de idiomas y naciones con un objetivo común. Y que rompe las fronteras de los nacionalismos excluyentes para ser parte simple y llanamente de la humanidad.

Mi país es la utopía. Porque aunque he tenido la suerte de nacer en una Tierra preciosa de Campos y de vivir entre Tierras fecundas del Pan y del Vino, también como muchos paisanos de cerca trabajé por poco tiempo en la tierra catalana. Y en todas ellas eché de menos ese país de la utopía de una tierra de igualdad, de libertad, de solidaridad. Mi país.

Mi estado en este momento sería la república federal. República de iguales en derechos y libertades de las personas y los pueblos: "Las tierras, las tierras las tierras de España / las grandes, las solas, desiertas llanuras. / Galopa caballo cuatralbo / jinete del pueblo / que la tierra es tuya." (Alberti). Y federal para que podamos vivir los pueblos en paz, hablando nuestra lengua que no es tan diferente, compartiendo la cultura propia que se está perdiendo en todas las naciones, nacionalidades, países y pequeñas patrias chicas, a favor de esa parcial globalización en la que han desaparecido las fronteras para el libre movimiento de capitales pero se han construido nuevos muros, no como metáfora sino de cemento armado, para los trabajadores.

Y en el futuro que espero no muy lejano de la utopía, donde no habría ni clases, ni naciones ni estados, la patria común seguirá siendo la clase obrera, la nación el internacionalismo y el Estado... la autogestión anarquista o la colectivización comunista. Que no es lo mismo pero el fin es igual.

Como no es lo mismo pero tiene elementos comunes el derecho a decidir y el derecho a la autodeterminación. En España es verdad que no se recoge en las leyes el derecho a la autodeterminación de los pueblos, aunque sí aparece en el derecho internacional que España defiende. Pero el derecho a decidir es un derecho político de los ciudadanos españoles para cualquier toma de decisión. De ahí que parezca legítimo (sin entrar en sesudas disquisiciones) poder convocar un referéndum en Cataluña aunque sea una mera consulta y aunque no sea vinculante su resultado que, sin embargo, mostrará si se hace a trancas y barrancas contra las prohibiciones judiciales la opinión del pueblo, país, nación o comunidad autónoma catalana.

Lejos de cuestiones tan importantes como la independencia catalana que nos ha hecho olvidar la corrupción política y hasta el mayor problema de España y Cataluña que es el paro, en Izquierda Unida de Zamora hemos ejercido nuestro derecho a decidir dentro de nuestra organización para determinar las alianzas electorales. Lo explicaba muy bien el coordinador, Miguel Ángel Viñas: lo que decidamos en las bases no tiene un poder legal dentro de IU, que tiene sus propios mecanismos de decisión. Pero al menos se sabrá lo que pensamos. Y eso siempre influye.

Por eso también quiero decirles a los trabajadores catalanes y españoles que no se dejen llevar por los falsos problemas de los nacionalismos. Que somos la digna clase obrera. Que "mi patria son mis compañeros, quienes luchan para que no falte un plato lleno". Y que española o catalana, nativa o extranjera, mi patria es la clase obrera.

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