Es evidente que Fermoselle y la parte de sus Arribes es una de las zonas más sugestivas, bellas y atractivas de toda la región, conteniendo un gran conjunto de rincones únicos. Citaremos solamente uno por no cansar al lector. Es el célebre Buraco del Diablo, de unos 30 metros de profundidad que se localiza al sudeste del municipio, por el tramo inferior de uno de los acantilados del Tormes.

Siguiendo con estas tierras, no podemos olvidar que no siempre estuvieron unidas. España y Portugal estaban separados por el río Duero y la unión se hacía a través de una lancha, la llamada Barca de Murcena, usada indistintamente por españoles y portugueses. Más tarde la nación vecina construye la presa de Bemposta, con lo cual se resolvió el problema de comunicación, pues esta servía de carretera para unir las orillas del Río Duero. Pero el camino de cabras desde Fermoselle siguió existiendo, durante una larga temporada, hasta que la Junta de Castilla y León construyó la carretera correspondiente y las comunicaciones terrestres fueron más fáciles, llegando a desaparecer el dicho portugués "De España ni buen viento, ni buen casamiento". Las relaciones mejoraron considerablemente, pues los desplazamientos de una nación a otra eran muy fáciles y corrientes.

Es de obligado cumplimiento citar a dos vírgenes famosas de esta parte de los Arribes, la Virgen de la Bandera, y la Virgen del Castillo de Pereña. La venerada Virgen de la Bandera, efigie mariana entronizada en la iglesia de San Juan y convento de franciscanos, captó intensos fervores de los fermosellanos y fue promovida a patrona de la localidad. Por su parte, la fama de milagrosa de la Virgen del Castillo de Pereña, se extiende por toda la comarca. Enclavada en lo alto de un gran peñascal, desde donde se divisa la mayor parte de los Arribes.

No nos detendremos sobre el casco urbano local de Fermoselle, que mantiene en buen estado las formas y edificios heredados por la historia. Las casas con las bodegas, en sus calles empinadas, se mantienen en la mayoría de los casos en perfectas condiciones habitables. Por todo ello el conjunto urbano ha sido elevado a Conjunto Histórico Artístico. El Ayuntamiento de Fermoselle no estuvo de acuerdo en que se nombrara Conjunto Histórico a la villa y así lo acordó en 1974.

Es de destacar que en la actualidad, la antigua iglesia de San Juan, ha sido aprovechada para instalar en ella el Centro de Interpretación del Parque de los Arribes de la parte de Zamora.

Como en la mayoría de los pueblos, a los vecinos se les conoce por apodos. Aquí es raro el que no tiene el suyo. Pero en Fermoselle se da también una singularidad, que es la relativa a que el pueblo también tiene sus motes. A los fermosellanos los llaman "jariegos" y "follacos". Lo importante es que los apodos se toman con mucho sentido del humor y nadie se siente ofendido cuando se nombran. Aunque puede haber alguna excepción.

El pueblo ha tenido siempre buenos alcaldes y regulares. Malo ninguno. El más famoso de ellos fue el alcalde Galiana. En su época se trajeron las aguas del río Tormes al pueblo (año 1953), superando la enorme escasez de agua de las diversas fuentes diseminadas por el casco urbano. Esta traída de aguas, desde 3.300 metros, dio lugar a que años más tarde se pusiera en marcha el gran Plan de Aguas de Sayago, llevadas desde la presa de Almendra a todos los pueblos de la comarca.

Fermoselle, por desgracia, ha carecido de industrias, si exceptuamos la bodega cooperativa, la almazara y alguna otra pequeña empresa vinícola. Cuenta con la central eléctrica de Villarino, una de las más importantes de España y su visita es obligada por sus especiales características, aunque no pertenezca a Fermoselle.

El comercio se ha perdido en gran parte. Fermoselle ha dejado de ser zona de atracción y apenas tiene influencia en su entorno. En cambio el turismo empieza a llegar a la villa, sobre todo por la atracción del Parque Natural de los Arribes y su centro de interpretación.

También es necesario resaltar la ayuda que ha prestado la familia Regojo a Fermoselle en un sentido social, creando el comedor y residencia social con la ayuda de las diferentes administraciones y la gran colaboración de Cáritas diocesana, y su director Domingo Dacosta.

El fermosellano siempre se ha caracterizado por su entrega y lucha por lo que él cree justo. Ya en la época del emperador Carlos I, Fermoselle apostó por los comuneros, sublevándose con la ayuda del obispo de Zamora, Antonio de Acuña, embajador de Felipe el Hermoso. A pesar de la derrota en Villalar el 23 de abril de 1521, parte de la tropa fermosellana se resistió en el castillo. Tras el fracaso de la causa comunera, el castillo fue derruido por orden del rey y la villa paso a las órdenes de la corona.

El obispo Acuña llegó a Zamora en 1507 y para doblegar cualquier oposición contraria utilizó gentes de armas. Desde un principio se enfrentó con el juez Rodrigo Ronquillo, consiguiendo vencerlo. Tras la derrota de los comuneros en Villalar huyó a Francia y allí fue arrestado y llevado al castillo de Simancas, donde fue torturado, condenado a la horca, y posteriormente ajusticiado en 1526.

No podemos terminar el escrito sin referirnos a los encierros de toros, pues son famosos y conocidos en toda la región, principalmente en Salamanca. Son encierros muy parecidos a los de San Fermín en Pamplona, si bien las calles de Fermoselle son más estrechas y empinadas que las de Pamplona, por lo que el recorrido es más difícil y peligroso.

También tenemos que citar la gran actividad de la Asociación Cultural El Pulijón que fue aprobada por el Gobierno Civil de Vizcaya en 1976. Desde hace años tiene su sede oficial en Fermoselle. El Pulijón es un símbolo que consiste en una singular antorcha lúdica y ritual. Se trata de un cántaro roto en el que se echan trozos de cueros para que arda lo máximo posible.

No quisiera terminar sin mencionar a los fermosellanos que han reflejado en sus libros y escritos la realidad de su tierra: Luis Cortés Vázquez, catedrático; Sixto Robles Farizo, director de "El Correo de Zamora" y Manuel Rivera Lozano, director del colegio Arias Gonzalo.