Escribo sintiendo una vergüenza que me corroe hasta los huesos. Ningún Gobierno pasado y presente, incluidos los autonómicos, ha tenido la más mínima sensibilidad con los pensionistas y los parados de larga duración. Menos alimentar a las academias que viven de la subvención organizando cuántas veces cursos imposibles y de lo más peregrino, y más aumentar el mísero sueldo que perciben casi cinco millones de pensionistas en España.

A los políticos se les llena la boca hablando de los maravillosos servicios sociales de sus partidos, de sus instituciones cuando, en realidad, si hurgamos un poco no encontraremos nada. Tiene bemoles, por no decirlo en do mayor, que se gasten un dineral en cariñosísimas cartas dirigidas a los pensionistas para recordarles, un año sí y otro también, el enorme esfuerzo hecho por el ministerio de la digna dirección del ministro o ministra de que se trate, subiéndoles la pensión un 1%. ¿Se trata de una burla? ¿Están de guasa? ¿A quién pretenden engañar o confundir? Los españoles no somos tontos. Puede que algunos, coñe, pero no todos.

Casi cinco millones de pensionistas patrios, el 51% del total, cobran menos del salario mínimo interprofesional o lo que es igual, cobran menos de los 707,6 euros aprobados este mes en el Consejo de Ministros para 2017. Usted no se preocupe, presidentes del Gobierno de España y autonómicos, ministros, secretarios de estado, directores generales y parlamentarios, cuando dejen de serlo cobrarán una pasta gansa sujeta a las más altas subidas, a los demás que les den por el saco. Esta gente no se ha enterado todavía de los milagros que millones de pensionistas en España hacen con su exigua pensión. Sobrevivir ellos y tratar de ayudar a los hijos en paro, alimentando a toda la familia y pagando todas las facturas habidas y por haber.

Lo mismo nuestra amada clase política se cree que tan exiguas pensiones son flexibles y que las pueden estirar al límite. Es que los abuelicos, con tal de que los nietos tengan algo caliente que llevarse a la boca, son capaces de ponerse a dieta de ajo y agua, que no le recomiendo a nadie. Los datos que utilizo son del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, y en ellos aparece que, 1,9 millones de esos 4.833.440 pensionistas, recibe entre 600 y 655,2 euros cantidad que percibe el mayor número de pensionistas, concretamente uno de cada cinco. Y seguro que los responsables de este agravio se quedan tan oreados. Mientras haya dinero para pagar a la casta y a la caspa a los demás que les den por donde amargan los pepinos.

Trabaje usted toda la vida para esto, para una comida de despedida, a lo mejor un regalico que ni fu ni fa y la indiferencia de los Gobiernos, de todos los Gobiernos, porque ni uno solo se ha distinguido, por parte de sus miembros, en pensar que ellos son jubilados en potencia. Bueno, es que ellos son jubilados de primera. Estos a los que me refiero, como mucho son de regional preferente. Un año más, la carta ha llegado a todos los pensionistas, anunciándoles a bombo y platillo esa cifra mágica de aumento que todos los años se sitúa en el 1%, la mayoría de veces incluso por debajo de ese dígito. ¡Y que pretendan que se les dé las gracias?! ¡Venga ya!