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Día tras día

Pacientes satisfechos

El sistema sanitario parece haber experimentado una mejoría

Vuelve el miedo a los recortes que, como en los pasados años de la crisis más aguda, puede también hacer descender la calidad de la sanidad pública, ya mermada desde entonces, cuando desde el Gobierno y la Junta de Castilla y León en concreto y por lo que a Zamora respecta, se empezaron a aplicar medidas restrictivas que en determinados casos aún perduran. Algunas decisiones fueron muy criticadas por los perjuicios que ocasionaban o podían ocasionar tanto a los pacientes como al personal sanitario, y muy especialmente los cambios que se efectuaron en el ámbito rural de atención.

Lo cierto es que las encuestas sobre el grado de satisfacción de los usuarios que habitualmente encarga Sacyl, el sistema de salud de la región, y que se repite en todas las autonomías, indicó en los últimos tiempos una bajada en la valoración de los servicios prestados. Las largas esperas para las consultas de especialidades médicas así como para las pruebas diagnósticas y las intervenciones quirúrgicas parecían ser, sin duda, una de las causas principales. Los problemas persisten, siendo el más evidente la falta de medios en lo que a personal se refiere, uno de los motivos de las demoras y de la saturación de las urgencias. Ahora mismo, CC OO acaba de denunciar la falta de fisioterapeutas en la sanidad publica de la provincia, entre otros servicios, aunque anunció el próximo funcionamiento en el Clínico de una unidad de rehabilitación cardíaca al igual que en otros hospitales de la región.

Con todo, y al margen de la inevitable política, el sistema parece haber experimentado una ligera mejoría, pese a seguir existiendo tantas asignaturas pendientes. Puede que la inclusión del antiguo gerente del complejo sanitario de Zamora, Rafael López -con mucha experiencia a pie de campo- en el equipo directivo de Sacyl haya influido positivamente. La receta electrónica, por otra parte, es ya una realidad que alivia a los enfermos crónicos y evita la saturación de los consultorios. Pero es en la asistencia hospitalaria en donde se perciben las mejores valoraciones de los usuarios, el 95 por ciento de los cuales han expresado, en el referido sondeo, su satisfacción con la atención recibida durante su estancia en el Clínico zamorano, con notas muy altas para el personal sanitario por su dedicación y competencia, lo mismo que para su trato y afabilidad con los pacientes ingresados, aunque descienda un poco en cuanto a la comida, todo ello con baremos similares a los del resto de la comunidad.

Sorprende, sin embargo, que el 92 por ciento no ponga pega alguna a tener que compartir la habitación, principal diferencia, y muy importante, en relación con los centros de carácter privado. Las habitaciones de los hospitales públicos, y Zamora no es excepción, suelen ser pequeñas, sin apenas separación entre camas, incomodas para los acompañantes, mal acondicionadas en general, y con escaso o nulo respeto para la intimidad del paciente al tener que compartir espacio. Tal vez ahora no, pero en otros tiempos siempre había habitaciones individuales disponibles. La valoración de la sanidad privada es, en general, mucho mayor en todos los órdenes y de ahí el gran auge de los seguros de salud.

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