En una comunidad autónoma en la que la identificación de los ciudadanos con su proyecto regional es bastante escasa pese al transcurso del tiempo, la de tratar de acercar las instituciones a las nueve provincias no es una mala iniciativa. Así parece haberlo entendido la presidenta, Silvia Clemente, quien en el premeditadamente frío y grisáceo "establishment" institucional de Castilla y León sigue manteniendo el perfil político más acusado, y conste que lo digo en positivo.

Tengo para mí, no obstante, que objetivo y planteamiento se quedan un poco escasos. Me explico, claramente el objetivo buscado es divulgar, en este caso en Zamora, la misma existencia del parlamento autonómico, su función y cometidos y aprovechar para recordarnos que hay siete procuradores votados más que elegidos por los zamoranos, ¿alguien es capaz de citar al menos el nombre de tres?

Esos objetivos se cumplirán, como se cumple cada año, indefectiblemente, la condena que asola a los españoles, vivir en el país con mayor producción legislativa del mundo, con unas Cortes Generales y diecisiete más dos parlamentos autonómicos. Ya saben, si Mahoma no va a la montaña, la montaña viene a Mahoma. La cuestión es si el resto de los días de sesión plenaria o en comisiones, Zamora va a estar presente en la vida de las Cortes, en el estudio de sus problemas específicos y endémicos y en la búsqueda de soluciones a los mismos con la vista en el medio y largo plazo y no solamente en operaciones de maquillaje y palabras huecas que rebotan como el eco en las cuatro paredes que, una por año, encierran cada período legislativo.

Este es el objetivo que a los ciudadanos debe preocuparnos en una provincia (no la única, fatalmente, en nuestra región) que se desangra a marchas forzadas por brechas sobre las que, en el mejor de los casos, se vienen aplicando unas cuantas tiritas y, en los más comunes, buenas dosis de resignación, maquillaje y sombreado para que la foto no aparezca demasiado terrible ante la conciencia de los votantes.

Bienvenidas sean las Cortes y todos sus integrantes, auxiliares y acompañamiento. Mejor esto que nada, bueno es coser el territorio, dar mayores motivos de integración y actuación en común a los castellano-leoneses, pero vayan un poco más allá, porque no estaría de más que entre aprobación y aprobación de reiterativas normativas sobre todo tipo de cuestiones, supiéramos reservado un espacio en la agenda del resto del año para alejar con hechos ese pensamiento que los datos objetivos, duros, crudos y descarnados extienden entre nosotros de que aquí ya solo vamos quedando los más viejos y los más tontos.

Sobre ello, todos tenemos responsabilidad, políticos, agentes sociales, medios de comunicación, creadores de opinión y cada uno de los ciudadanos aunque, por razones obvias, unos más que otros. O, si lo prefieren, en aforismo latino, político y parlamentario, también en esto hay "primus inter pares".

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