Querida familia, porque así os considero, llegó el día de despedirme, el día de dejar ese proyecto que empezamos ya hace tres años largos de forma casual y fortuita. En unas circunstancias críticas para nuestra Hermandad. Todos nosotros, ajenos a conflictos, guerras,? ya que como buenos y fieles cristianos, esos términos deberían y deben, a mi juicio, quedar fuera de una hermandad. En una Hermandad se está y hemos estado por devoción y fe a nuestra imagen, a nuestro Jesús Luz y Vida.

Mientras escribo estas líneas escucho esa marcha, la marcha con la que empezamos esta andadura, dura y muy complicada Getsemaní. Nos han dicho y nos ha pasado de todo, pero siempre hemos tenido claro nuestro fin, el sacar a hombros a nuestro Jesús, cada uno con nuestras plegarias, nuestras confesiones, nuestros rezos, nuestras promesas?

Sois una gran plantilla, justa en número para las exigencias que tiene el desfile y, aunque la más joven y novata de esta Semana Santa, habéis dado una lección a mucha gente que no apostaba por este grupo, de cómo se lleva un paso, siempre con cosas que mejorar, claro está, debido a que nadie nacemos sabiendo y como personas cometemos errores?, pero lo principal como es la seriedad, el saber estar, el respeto, la ilusión, la fe y el compañerismo lo habéis mantenido desde el primer día hasta el último, prueba de ello, está las subida del Pizarro después de llegar con las fuerzas justas, subirla como si acabarais de salir dice mucho o mejor, dice todo lo que es la esencia y la definición real de un cargador, así como las buenas críticas de las personas y de la prensa el Domingo de Ramos, que a mí me hacía y me han hecho sentir muy orgulloso de cada una de las personas que cargasteis.

Os habéis dejado enseñar y no todo el mundo se deja. A mí me habéis enseñado muchas cosas, lo único que tengo hacia vosotros es admiración y respeto, pero sobre todo gratitud, gratitud porque en los momentos malos al final habéis tirado de mí para seguir adelante. Estando conmigo siempre y como decíais "o tu jefe o nadie" eso era una inyección de fuerza y ganas para seguir al frente trabajando para que todo saliese bien pese a todo.

Todo lo que he hecho y todas las decisiones tomadas han sido por el bien de cada uno, mimándoos y cuidándoos como un padre de familia si me permitís la expresión, porque así me hacíais sentir. Pero ha llegado ese día, el que sabíamos que llegaría aunque no lo queríamos o no lo quería ver. El de mi despedida.

Hay que saber cuándo es el momento de irse y ese ha llegado. Es una decisión dura y muy triste, sentimientos enfrentados y encontrados, pero pensándolo con la mente fría, la mejor para nuestra Hermandad, que al final es la que tiene que estar por encima de todo y de todos. Solo deseo lo mejor a la nueva directiva. Me voy sin ningún reproche a nadie y con la conciencia bien tranquila de haber salvado, durante estos años, con mi familia, a la Hermandad.

Se despide vuestro jefe.

Un fuerte abrazo y hasta?

(*) Jefe de paso de Luz y Vida