En estos días, aciagos en cierta manera para España, a cuenta de las próximas elecciones del día 20, la esperanza no consiste en fingir que los problemas o no existen o no lo son tanto y que da lo mismo quienes ganen. La esperanza, considero, es buscar la manera exacta y correcta de encontrar soluciones a las anomalías que nos encontramos diariamente en la vida por ineptitud o por ingenuidad o bonhomía. O suelen ocurrir por perversidad como algunos pretenden hacernos ver.

La esperanza más seria está en la confianza de saber que los problemas, si los hay de verdad, no serán eternos y que todas las heridas que se hayan hecho curarán y que las dificultades se van a superar. Es tener fe en el ser humano que cada uno de nosotros es. Para encontrar la luz normalmente se parte desde la oscuridad. Y en la oscuridad estamos ahora.

Cuando se ve a gentes a las que les preocupa que el amor de su vida no les quiere, cuando la llamada que esperan como necesaria no les llega, que no se consigue el trabajo que se desea o se precisa, cuando no hay en el buzón la invitación que se espera,? no hay que pensar que es que no se lo merecen, el comunicado no es que ellos no sean importantes, más bien el mensaje es que uno se merece mas, o se merece algo mejor. Tendemos a ver las decepciones por no recibir lo que esperamos como un rechazo, como un castigo o como mala suerte. Hay que mirarlas como una oportunidad para algo mejor que nos va a llegar de la vida? Y si no, ¡pobriños!

Digamos que la vida está hecha de millones de momentos vividos de muy diversas maneras según a quien le toque ser el protagonista. Hay quien busca amor, ternura, paz, armonía, comprensión, amabilidad, etc. Otros sobrevivimos día a día como buenamente se nos ocurre, minuto a minuto, año a año, momento a momento, esperanza tras esperanza?

Sin embargo, hay momentos plenos en los que nos encontramos con alegría y emoción que la vida, con sus penas y sus gozos, debe ser vivida plenamente. Ese será el punto de nuestro éxito.

Vivamos como vivamos, opulentamente o en pobreza material, tenemos la libertad y el poder absoluto en nuestras manos para estar satisfechos y poder vivir una vida con significado. Cada uno es su amo y señor en esos momentos. Tenemos la posibilidad día a día de gozar cada minuto de la vida, regocijándonos en cada sueño y en cada esperanza. Cada día es nuevo y flamante, es único, y podemos empezar de nuevo cada sueño y realizarlo. Si conseguimos vivirlo plenamente, si aprendemos a gozar buenamente de la vida a saborearla en plenitud en el simple hecho de vivirla, es cuando alcanzaremos nuestro sueño más hermoso como persona, porque vivir es lo que importa.

Y que no nos vengan unos y otros vendiendo quimeras.