Para la exalcaldesa de Zamora, Rosa Valdeón, y para la Junta de Castilla y León de la que ahora es vicepresidenta, el histórico Puente de Piedra de la capital no es un bien cultural, y si lo es no merece ser destacado como tal con derecho a las subvenciones correspondientes para su necesaria restauración, cada vez más urgente. Pero es que en el Ayuntamiento de Zamora es la izquierda IU-PSOE la que gobierna por mandato mayoritario de los electores, y si hace pocos meses era el Gobierno de la nación el que negaba su ayuda económica para fines culturales, ahora es el Gobierno regional el que hace otro tanto. Nada nuevo, en realidad, y si no basta con preguntárselo a los alcaldes de la provincia que no son del PP y que sufren marginaciones de todo tipo.

Lo tremendo de este caso es que la exalcaldesa fue la que ocupando el cargo pidió la declaración y el arreglo del Puente, mientras que ahora vota no a lo mismo, una flagrante contradicción. Es la bajeza de la política, su miseria y su olor a cloaca. Políticos que se convierten en empleados de su partido, que no representan a quienes tienen que representar, y que solo hacen lo que les mandan en orden a los intereses que defienden, que no son los públicos desde luego. Y eso, aunque de Valdeón nada se esperaba ni se espera, pese a ser zamorana, ha dolido. Si ya había dejado un mal recuerdo en la ciudad, que dejó hecha una escoria, y donde no llevó a cabo ninguno de los grandes proyectos que anunciaba a bombo y platillo, el recuerdo ahora ya no es malo, si no lo siguiente. Encima, este asunto lo ha resuelto el PP a su favor gracias al voto de calidad del presidente Herrera -un hombre, dos votos- pues toda la oposición votó a favor de Zamora la enmienda que en este sentido había presentado el PSOE de la comunidad, y ya se sabe que tiene el mismo número de escaños que el grupo en el poder. La explicación que se ha dignado conceder el PP es que, en realidad, se trata de un monumento que ya aparece clasificado como bien cultural pues se incluye dentro del casco histórico y artístico de la población y que como tal siempre gozó de la protección de la entonces alcaldesa que incluso prohibió la circulación en el lugar. Claro que luego vendrá por aquí Herrera a dar algún mitin y dirá que rehabilita el Puente y lo que haga falta. Y lo que hace falta, entre otras muchas cosas, es eso, precisamente, restaurar el viejo viaducto cuya reparación es ineludible según los técnicos y corre prisa, pues siempre y por una u otra causa su arreglo a fondo se va posponiendo.

Llueve sobre mojado en todo ello. La exalcaldesa no se enfrentó a la Junta cuando los obispos de Castilla y León decidieron trasladar la sede permanente de Las Edades del Hombre y desde Valladolid se negó en rotundo tal actuación, ni reclamó luego, nunca, la subsede prometida desde la Junta. Y eso hubiese atraído turismo, no para un año como va a suceder en Toro, sino para siempre. Gobiernan todos para su partido, y de la gente solo se acuerdan a la hora de pedir el voto. Pero digan lo que digan las encuestas, los indecisos aún son muchos, y todo puede pasar el día 20. Así que a esperar.