La semana pasada vimos -en pase especial de preestreno- la extraordinaria y emotiva película "La Historia de Marie Heurtin", basada en hechos reales. Muchos filmes, series televisivas, documentales, etc., están basados en acontecimientos y personajes de la vida real.

Posiblemente dentro de poco tiempo se realizará una versión audiovisual sobre la catástrofe aérea del Airbus 320 de la compañía alemana Germanwings. Y tendrá enjundia el guion sobre las verdaderas y trágicas circunstancias que llevaron al copiloto a estrellar el avión con 150 pasajeros a bordo. Las certezas de su grave depresión, su fracaso sentimental y su crisis de ansiedad se mezclarán en el guion con la ficción y las historias personales de las víctimas. Será un filme con grandes taquillazos de millonarias ganancias, como "Lo imposible" (2012, de A. Bayona, cinco Premios Goya).

También el filme de J. P. Améris, sobre la verdadera historia de Marie Heurtin nos lleva a destacar la gran fuerza de la propia María, real (muy bien interpretada por Ariana Rivoire). Por una enfermedad quedó sorda y ciega cuando era aún bebé, y fue desahuciada por los médicos de la región de la Bretaña francesa (allá a finales del XIX y comienzos del XX). La dieron por perdida, recomendando a sus padres que la internasen en un manicomio, porque sufría de idiocia. Solo el afán de su padre logró que las monjas del convento de Notre Dame de Larnay la recogiesen para educarla. Estas religiosas -principalmente sor Margueritte, interpretada por Isabelle Carré- realizaban unos exitosos métodos experimentales sobre la sordera. Siendo incapaz de comunicarse -tal como un animal salvaje- logra sor Margueritte sacarla de la oscuridad e incorporarla a la sociedad, relacionándose Marie con el Lenguaje de Signos, las sensaciones y las emociones. Filme que nos hace olvidar el caos de la contaminante cotidianidad y el empacho de los programas televisivos.

Viene todo esto a cuento con lo que ha ocurrido esta última semana de marzo. Ha vuelto el gran circo a la televisión, y una cadena nos ha "deleitado" con la final del "reality" Gran Hermano VIP y con sus programas-debates satélites para aumentar la audiencia. Este formato televisivo se desarrolla fundamentalmente con guiones basados en torno a la vida real de los personajes concursantes. Pero es la vitoreada estrella Belén Esteban la idea esencial del "reality show". "Belén is back": la telerrealidad en estado puro. Esta, aclamada como la princesa del pueblo, ha sido la ganadora del GH VIP, sin más valor que ser ella misma interpretando al dedillo el guion que le marcan las audiencias y sus palmeros belenistas.

Pero la final de GH disparó las audiencias hasta 36% (cinco millones de espectadores, un "share" exageradamente alto y muy beneficioso para la cadena de Mediaset). Eso es lo que cuenta: espectacularidad, audiencia, millones de euros...

Al director salmantino Basilio Martín Patino le gusta todo lo contrario; aunque sí jugar mucho con el espectador en documentales de ficción o filmes documentales. Como es el caso de sus películas/documentales "Casas viejas; el grito del Sur", dentro del programa "Andalucía, un siglo de fascinación". No sabemos dónde está la ficción y dónde el hecho real. Patino nos hace reflexionar: "El cine es el arte de hacer que sucedan las cosas que no suceden, para que así podamos pensarlas como si existieran; la televisión presenta como bellas mentiras lo que sí ha podido existir".

Estos programas (claramente llamados basura) hay que verlos -el que tenga estómago para ello, que al parecer son muchos- como una interpretación guionizada de los personajes-concursantes. Así como si fuera una serie melodramática, o tragicómica, en la que esos frikis -vip o novatos- están actuando sobre el plasma de lo verídico pero en plan de ficción. Es el precio a pagar por la modernidad televisiva.

También en aras de las exigencias publicitarias de TV, las informaciones (excesivas) sobre la masacre homicidio masivo de los pasajeros del Airbus 320 son demasiado tenebrosas y morbosas. Cada día descubrimos nuevos elementos sensacionalistas y dolorosos para "engancharnos" a la tele o para "acojonarnos" y renunciar a los viajes en avión.

Pero lo que más me llamó la atención esta semana pasada fue una conversación con un colega que asesora a un joven director de cine y de series de televisión. Me cuenta que lleva más de dos meses aconsejando al bisoño cineasta, y que el asesoramiento va cada vez peor? Al plantearle que la serie podría empezar por un viaje a Salamanca del personaje principal, famoso escritor, le contestó tajantemente el impetuoso cineasta: "No, no; hay que empezar por algo fuerte, de sexo o asesinato". ¡Anda ya?! Audiencia, matanzas y sexo para vender la serie. Lo de ser fiel o no a la realidad es lo de menos. Matamos como sea y explotamos el sexo, aunque los protagonistas reales fueran más santos y puritanos que Teresa de Jesús y Juan de la Cruz. Al fin y al cabo esto de los guiones ficcionales/reales son como las elecciones andaluzas y las próximas autonómicas y municipales. Cada cual cuenta (el guion) la misa (la realidad social) como le conviene. Y mal va la cosa, si seguimos con nuestros votos amparando las nefastas políticas del bipartidismo, y a los muchos corruptos que acogen en sus filas.

Solo les importan las frases grandilocuentes, la superficialidad de las grandes promesas -que saben que no cumplirán-, y el "tú más?".

Lo que no es guion ni ficción, sino realidad pura y dura, es la aprobación -solo por el PP- de las leyes que imponen en España el estado policial y penal. Todo un retroceso sin precedentes en libertades, que implantan la oligarquía del miedo ¿Por mucho tiempo?

Debemos llenar las urnas de votos -democráticamente- en contra de estos partidos y políticos que siguen defendiendo el clientelismo, los recortes sociales, los desahucios, las privatizaciones y las puertas giratorias. Estamos aún a tiempo.

Ángel Lozano Heras

Profesor y escritor (Zamora)