Lo curioso es que el Instituto Nacional de Estadística, responsable de elaborar los diferentes censos y estadísticas de población, no haya sido mucho más diligente a la hora de realizar inspecciones periódicas para detectar lo que, en mi modesta opinión, es un fraude democrático. Todos conocemos pueblos en Zamora que de un año a otro han aumentado su población como la espuma para, a renglón seguido, volver a perder residentes sin causas aparentemente justificadas. Lo curioso es que este fenómeno se puede rastrear y analizar perfectamente cuando se contrastan las cifras de población de los padrones municipales de los años anteriores y posteriores a las fechas de las elecciones. Veamos algunos datos muy reveladores de esta provincia.

En 2007, cuando se celebraron las últimas elecciones municipales, 16 ayuntamientos aumentaron su población más del 5 por ciento con respecto al año anterior: Robleda-Cervantes (22%), Villar de Fallaves (20,7%), Peleas de Abajo (18,4%), Palacios de Sanabria (15,7%), Palacios del Pan (14,7%), Revellinos (12,6%), Milles de la Polvorosa (8,6%), Molezuelas de la Carballeda (8,5%), Casaseca de las Chanas (8,1%), Villavendimio (7,8%), Pedralba de la Pradería (7,4%), Peque (7,2%), Fresno de Sayago (6,6%), Roelos de Sayago (6,5%), Morales del Vino (6,4%) y Trabazos (5%). Pues bien, lo más significativo del listado precedente es que, con la excepción de Morales del Vino, que tiene una tendencia demográfica muy diferente al resto de la provincia, entre los 15 municipios restantes que en 2007 incrementaron sus efectivos de manera tan espectacular encontramos 11 que en los años precedentes habían perdido población de manera muy notable y 10 que volvieron a reducir sus residentes en porcentajes elevados el año posterior a las elecciones municipales.

Tal vez las cifras no les digan mucho; sin embargo, el hecho de que una región o un país incrementen sus efectivos demográficos un 5 por ciento en un solo año es impensable incluso en los países menos desarrollados, que se caracterizan por tener un problema de sobrepoblación. En Zamora, como todo el mundo sabe, no nos distinguimos precisamente por un exceso de recursos humanos. Más bien todo lo contrario. Y lo mismo puede decirse de la pérdida de población: salvo en situaciones excepcionales, es poco frecuente que una región o un país pierdan más de un 5 por ciento de sus efectivos en un solo año. Sin embargo, entre los 16 municipios que he citado anteriormente hay varios que menguaron los residentes de manera significativa en los años posteriores a las elecciones locales. Los más llamativos son tres que perdieron más del 19 por ciento de la población que estaba empadronada en 2007: Villar de Fallaves (-30%), Palacios de Sanabria (-19,6%) y Robleda-Cervantes (-19,2%).

Los datos, como digo, son sorprendentes. Que cada cual saque sus propias conclusiones.