Casi 8.000 jóvenes españoles, entre ellos 50 de Zamora, vitoreaban: "A por ella, ¡Oé! A por la Cruz, ¡Oé, oé!", el Domingo de Ramos en la plaza de San Pedro, en Roma.

Los jóvenes australianos pasaron el testigo de la última Jornada Mundial de la Juventud, celebrada en Sydney en agosto de 2007, a los jóvenes españoles, al final de una celebración gozosa y llena de vida como sucede cada Domingo de Ramos con la presencia de los jóvenes en la plaza de San Pedro. Este año de manera especial los vítores de la juventud española, junto con otros muchos miles llegados de todo el mundo, llenaron de color y alegría la jornada. En este ambiente España recogió la Cruz y el icono de María porque en el año 2011 la JMJ será en Madrid.

El Papa les ha dicho a los jóvenes: "Reavivad la fe en Cristo y aceptad la cruz. Sin cruz no hay vida. Sed testigos de esta Cruz, signo del amor de Dios por todo el mundo". El 2011 no será solo una fiesta más si el vitorear hoy "a por ella" es el inicio de un camino hacia ella, si es una ocasión para revitalizar en nuestra diócesis la pastoral juvenil. ¿Cómo? Con acciones concretas que hagan posible a los jóvenes vivir experiencias de Iglesia, experiencias de comunidad, de oración, de servicio por los demás, especialmente de los que sufren y de los pobres.

Estar en la plaza de San Pedro entre millares de creyentes emociona: "Ver tantos jóvenes emociona -decía uno de ellos- porque sentimos que la Iglesia está viva". Participar en una JMJ marca, pero la pregunta importante es: ¿cómo podemos preparar esta experiencia fuerte para que no sea efímera? ¿Es posible sacar la Cruz más allá de las procesiones de Semana Santa y colocarla en nuestra vida como ancla y símbolo de nuestra fe?

La JMJ es un reto a la creatividad y comunión de los adultos y un reto de valentía para los jóvenes. "Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe" llevaban todos ellos escrito en la camiseta. Es el lema del 2011. Los jóvenes de hoy necesitan renovar la experiencia del encuentro con Cristo y descubrir la vida nueva que viene de Dios. Hemos recogido la Cruz peregrina que lleva a todos los jóvenes de la tierra el mensaje de amor de Cristo y que peregrinará también por las diócesis españolas hasta agosto del 2011. Tenemos todo un camino por delante. ¡A por Ella!