Por si fuera poca la herencia dejada a la alcaldesa de Zamora, Rosa Valdeón, por su compañero de partido y anterior alcalde de la ciudad, Antonio Vázquez, se encuentra ahora, encima, y con efectos retardados pero irremediables, con el legado de otro antiguo regidor zamorano, el socialista Andrés Luis Calvo, que hace más de veinte años expropió la Vinícola, donde ahora se ubica como se sabe un nuevo hotel de cuatro estrellas, un hecho por el que ahora el endeudado Ayuntamiento de la capital tendrá que abonar más de tres millones de euros a los antiguos propietarios.

Buena manera de comenzar el año, y es que, como suele decirse, parece que al perro flaco todo se le vuelven pulgas. Como si no tuviese suficiente el equipo de Gobierno municipal con lo que ya tiene encima. Pero es que el Ayuntamiento pierde, una y otra vez, todos los pleitos que se le plantean, y no hay excepción que valga. Así, que no queda otro remedio que pagar, y pronto. La sentencia del Tribunal Superior de Justicia es definitiva y no cabe apelación. El concejal de Urbanismo ha intentado hacer política del asunto y casi que ha culpado de la expropiación al portavoz del grupo socialista, Carlos Hernández, que por entonces era abogado del Consistorio, pero es obvio que el del PSOE, un mero funcionario, ninguna culpa tuvo en la decisión. Más prudentemente, la alcaldesa trata de conseguir negociar la cifra y obtener una rebaja, aprovechando que es la época. Los abogados de los propietarios de la Vinícola se han mostrado receptivos a la propuesta de Rosa Valdeón y aseguran que están a la espera de recibir una primera propuesta municipal, aunque también advierten que del mismo modo acudirán al Tribunal Superior para que requiera la ejecución inmediata de la sentencia si por parte del Ayuntamiento se retrasa el obligado cumplimiento. En esas se está, y aunque lo previsible y deseable a todos los efectos es que se imponga esa voluntad de diálogo y de acuerdo que existe entre las partes, y aunque se logre una rebaja en la cantidad y las condiciones, el nuevo palo económico al Ayuntamiento no se lo quita nadie, y ya se sabe quienes acaban pagando al final los gastos municipales, sean de la índole que sean. Lo malo, lo peor, es que las deudas son ya demasiadas, pues aunque no tenga ninguna culpa de ello, Valdeón se enfrenta ahora también, según se ha recordado desde la coalición de IU, no sólo al abono de esa indemnización sino a otras pendientes, caso de la empresa concesionaria de los aparcamientos urbanos y de los propietarios de los terrenos expropiados del cementerio, todo lo cual podría sumar un débito de entre diez y quince millones de euros. La alcaldesa, sin embargo, y al menos de cara a la calle, no se amilana y asegura que ninguno de estos casos está cerrado ni puede considerarse definitivo. Claro que, por si acaso, ya se ha referido a la posibilidad de llevar a cabo un plan de saneamiento municipal para obtener liquidez. Esperemos que el tal plan no sea encargado a alguna empresa de fuera que con su factura aumentaría el capítulo de adeudamientos.