La polémica ha regresado a Supervivientes después de que el programa fuese acusado de estafa con una de las pruebas. No es la primera vez que se infunden sospechas sobre la legalidad o la tendencia a favorecer a ciertos concursantes, pero en esta ocasión el caso era flagrante. Los concursantes se estaban jugando la prueba del líder.

Cada uno de los concursantes que quedan se han colocado encima de unas plataformas móviles y flotantes que tenían que ir escalando sin llegar a caer. Hasta aquí, todo seguía la normalidad, pero en un punto en el que los espectadores se dieron cuenta de que las plataformas de Arkano eran diferentes, haciendo que su prueba sea más sencilla que la del resto. Este hecho incendió las redes acusando al programa de "tramposos" o "estafadores", entre otros adjetivos.

La organización no señaló nada al respecto, pero el concursante sí que mencionó que arrastraba unas molestias físicas que mermaban su capacidad para afrontar la prueba. Este supuesto problema parece ser el causante de que la estructura de Arkano fuese diferente a la de sus compañeros.

La confesión de Javier Ungría

"Pienso que hay bastantes cosas que están pasando en mi vida allí que si estoy yo es mejor", señalaba hace pocos días Javier Ungría. El empresario se tuvo que ausentar durante unas horas debido a los asuntos judiciales que le tiene preocupado. Con su anterior pareja, Elena Tablada, está intentando solucionar en los juzgados la custodia de su hija, algo que desde Honduras está consiguiendo a duras penas.

"Yo estoy bien y contento con estar aquí, pero es verdad que el tiempo pasa. Han pasado 10 semanas y me preocupa pensar ciertas cosas que requieren de mi presencia, igual no", confesaba horas más tarde. Junto a Aurah Ruiz y Pedro García Aguado es uno de los tres nominados para esta semana. Precisamente, con el exjugador de waterpolo fue donde ya señaló que no tiene fuerzas para continuar al 100% en el programa. "Se están cociendo cosas para mi vida y para el futuro de mi hija", asumía el empresario.

Pese a que Pedro García Aguado le intentó tranquilizar, mostrándole que si no le habían dicho nada todavía es porque todo iba bien, Ungría no quería seguir con eso. "En el fondo no me vendría mal. Llevo unos días así porque lo estoy pensando demasiado".