La batalla entre Ivonne Reyes y Pepe Navarro parece no tener fin. La guerra judicial que mantienen desde hace años ahora trae novedades. Después de que el Tribunal Supremo haya dado la razón a la venezolana concluyendo que no vulneró la intimidad ni el honor del presentador en la exclusiva que concedió a la revista 'Lecturas' en 2019, y haya 'condenado' al comunicador a pagar las costas del proceso cuando pedía 60.000 euros en concepto de indemnización, el ex de Eva Zaldívar ya ha confirmado que no piensa rendirse y va a por todas en esta batalla: "Se ha atentado gravemente contra mis derechos fundamentales y voy a recurrir al Constitucional, y si es necesario iré a Europa, eso no se va a quedar así" ha anunciado en su última aparición ante los medios.

"Ivonne es moralmente impresentable. Es una persona que deja mucho que desear y está engañando a la justicia" ha asegurado, insistiendo en que Alejandro Reyes no es hijo suyo y es increíble que la venezolana lleve 12 años manteniendo esa mentira.

Indiferente a los dardos de Pepe Navarro, Ivonne ha reaparecido en el desfile de Hannibal Laguna en la Semana de la Moda de Madrid y, entre risas, ha echado balones fuera cuando le hemos preguntado por la intención del presentador de recurrir su última derrota en los juzgados.

Nueva ilusión

"Ahora estoy haciendo mi libro, que es de coaching ontológico con comunicación, de cosas serias, temas bonitos y temas aparte que ayuden a las otras personas, que es en lo que estoy centrada, para que las personas avancen en la vida, y contaré qué me ha hecho perder los miedos a salir adelante" ha revelado, dejando en el aire si contará su experiencia con el padre de su hijo Alejandro.

"El libro se llama 'Tu vida puesta en escena' ¿Bonito, no? ¿Te vas a comprar el libro? Yo creo que sería más o menos sobre el próximo mes, no sería tan lejos. Voy a buscar una fecha clave para que no os olvidéis de la fecha. Tiene 70 páginas más o menos u 80 como mucho. Tiene un QR también" ha añadido de lo más sonriente, castigando a Pepe Navarro y sus 'descalificaciones' con el látigo de la indiferencia.