La película cuenta que un peligroso criminal está a punto de ser ejecutado en una prisión de Canadá, pero consigue escapar junto a un compañero y huir a una ciudad fronteriza.

Mientras se organiza su búsqueda y captura ambos intentan cruzar al otro lado de la frontera, pero son confundidos por una pareja de sacerdotes de Arizona y recibidos con los brazos abiertos por la comunidad religiosa del lugar.

Además del espectacular reparto, esta entretenida película del irlandés Neil Jordan (ejerce de tal en títulos como "Juego de lágrimas", de 1992, o "Michael Collins", de 1996), que es autor de éxitos como "Entrevista con el vampiro" (1994), merece la pena sobre todo por el alarde interpretativo de sus dos protagonistas masculinos.