Organizada por el Seminario «Historias en los márgenes»

Lucía Lahoz

Los cuerpos están expuestos a los discursos que impone su entorno visual, y estos cambiaron radicalmente durante la Edad Media. Bajo el cristianismo, el cuerpo se rige al dictado de máximas paradójicas, que glorifican y reprimen, exaltan y condenan, aplicando una justicia corporal que acompañó al surgimiento de las ciudades. Las imágenes góticas eran herramientas de una Iglesia que, cada vez más, ejercía control sobre los cuerpos.

Programas apocalípticos y hagiografías, desde las fachadas de los templos representan todo aquello que, en un momento dado y en un lugar determinado, se quiso marginar o condenar. Esta visión dominante de lo marginado no refleja la realidad sin más. Con la pretensión de traducir un relato bíblico, por ejemplo, la imagen filtra prácticas actuales que el discurso quiere manipular. Por su situación en las puertas de las catedrales, umbrales de la “comunidad” o “ecclesia”, estas esculturas están vinculadas a las diferentes funciones litúrgicas del interior de los templos, y hacia allí reclaman a su público. Pero, para ello, se dirigen afuera, y están específicamente condicionadas por la topografía de la vida urbana.

Así estas obras reflejan la historia local, que determina la elección de los programas y sus diferencias. Estos infiernos, pensados para fomentar el miedo, se inspiran en la justicia terrestre, a la que muchas veces servían de telón de fondo y, al hilo de la evolución política, establecen órdenes sociales. Son imágenes infamantes, culpabilizan prácticas laborales y sexuales, cristalizan estereotipos que conducen a la marginación y propician discursos legales. Las catedrales de Tudela y de Vitoria, la Colegiata de Toro, y otras obras, nos acercarán a ese mundo visual, para que podamos preguntar hasta qué punto los cuerpos de piedra se adherían a los cuerpos de carne.

Lucía Lahoz es catedrática de Historia del Arte en la Universidad de Salamanca, profesora de arte medieval y teoría de las imágenes. Su trabajo es referente en el estudio de las relaciones entre los procesos creativos del arte gótico, y las funciones políticas de las representaciones visuales. En su carrera ha dejado frutos de múltiples publicaciones. Desde sus investigaciones pioneras en el ámbito de la escultura monumental, hasta su último libro, "La imagen y su contexto cultural. La iconografía medieval" (2022), Lucía Lahoz reivindica la utilidad que tienen hoy las obras de arte del pasado como documentos de la historia. No son meras ilustraciones de los textos, ni solo reflejos del pasado, sino imágenes capaces de despertar o adormecer conciencias y deseos, de construir recuerdos y modificar sociedades, e influir en el curso de los acontecimientos.