Los aficionados al fútbol no entienden el Mundial como un evento más. En su historia aprecian un relato casi mitológico que gira alrededor del balón, repleto de héroes, villanos, alegrías y decepciones, pero, sobre todo, goles.

De Pelé a Iniesta, muchos son los tantos que han marcado la historia del campeonato y sean hecho un hueco para siempre en la memoria de los aficionados.

El primero de la lista es Pelé. Inevitable incluir al que para muchos es el mejor jugador de la historia del fútbol. En el Mundial de Suecia de 1958, un Pelé de sólo 17 años marcó dos goles ante los anfitriones en la final para dar el título a Brasil. Este fue uno de ellos.

En 1970, Brasil sumó su tercer título Mundial con la que se ha considerado la mejor selección de todos los mundiales. Los brasileños arrollaron a Italia en la final (4-1) y Carlos Alberto firmó un gol que también pasaría a la historia.

Con un golazo de chilena se destapó el mexicano Negrete en el Mundial de 1986, que se disputó en su país. El tanto, ante Bulgaria, sirvió para que la selección anfitriona avanzase hasta los cuartos de final del campeonato.

Hablar de México 86 es hablar de Maradona. El argentino firmó en ese Mundial goles que figuran en las mejores páginas de la historia del fútbol. Uno de ellos fue este tanto a Bélgica.

También en 1986, Maradona conseguiría ante Inglaterra dos tantos, a cada cual más trascendente. Uno fue calificado como 'La mano de Dios', por la acción antirreglamentaria que le ayudó a marcar ante Peter Shilton. El segundo fue considerado como el mejor tanto de la historia. Sobran las palabras para describir su factura.

Sorprendentemente, un saudí se cuela en la lista de los mejores goles de la historia de los Mundiales, y lo hace por méritos propios. Esta carrera ante Bélgica le convirtió en la sensación del Mundial de Estados Unidos de 1994.

Gheorghe Hagi, el 'Maradona de los Cárpatos', atesoraba una gran calidad en su pierna izquierda. En Estados Unidos tuvo la oportunidad de demostrarlo ante Colombia con un tanto sensacional. Su selección llegaría a cuartos, donde cayó ante Suecia.

Bergkamp se lució en el Mundial de Francia 1998 con un tanto magistral que resumía todas sus virtudes como futbolista. En una acción repleta de clase, el holandés firmó una obra de arte ante la perplejidad de los jugadores argentinos.

Ronaldinho dejó su sello en el Mundial de Corea y Japón de 2002 ejecutando un espectacular lanzamiento de falta. Con un golpeo que parecía teledirigido, el astro brasileño sorprendió a Seaman, el guardameta de la selección inglesa.

No podía faltar el gol de Iniesta en Sudáfrica 2010. El tanto del manchego, en otra jugada colectiva con el sello del estilo de la selección, valió un Mundial, el único en la historia de La Roja.