El Día Internacional de la Educación Ambiental (26 de enero) fue la oportunidad ideal para el colegio Santísima Trinidad-Amor de Dios pueda seguir desarrollando su proyecto de aprendizaje y servicio Los Guardianes del Duero, con el desarrollo de diferentes actividades que se enmarcan este curso en el proyecto titulado “Siembra, Cuida y Recoge”, en el que participaron más de 300 alumnos de todas las etapas educativas.

Los estudiantes comenzaron con una labor de “basuraleza” —término acuñado por el centro para denominar los residuos generados y abandonados por el ser humano en la naturaleza y que alternan el equilibrio del ecosistema—, recogiendo desperdicios por el paseo fluvial que comunica los tres puentes de la ciudad. “Es una tarea habitual en cada uno de los trimestres del curso”, reconoce el director pedagógico del centro, Luis de Mena. Además de la recogida, los participantes anotaron el volumen, características y puntos negros, con la objetivo de definir una hoja de ruta del programa de gestión ambiental que se desarrolla en el colegio desde el curso 2018-2019 “para lograr el sello ambiental de Centro Educativo Sostenible que otorga la Junta”, revela De Mena.

Un grupo analiza el agua del Duero en el laboratorio. | Santísima Trinidad

La observación del entorno del río fue otra de la actividades de este día, para conocer la flora y fauna autóctona del Duero a su paso por el barrio de Pinilla. Esta acción cuenta con el respaldo del ampa, la Asociación de Comerciantes de la Margen Izquierda del Río, Emergencias Climáticas de Zamora, la asociación de vecinos El Puentico y el apoyo del Ayuntamiento.

El colegio también trabaja codo con codo con Ecologistas en Acción Zamora, cuyo coordinador, Ángel Encinas, realizó un encuentro virtual con los alumnos para una jornada de sensibilización, hablando del “hiperconsumismo” actual en la sociedad. La agrupación también ha cedido su exposición “Contrapublicidad”, que será “una excusa maravillosa para trabajar con el alumnado áreas en las que las personas podemos influir de forma decisiva, como el transporte, la alimentación o el consumo”, enumera el director.

Tres alumnas del colegio Santísima Trinidad-Amor de Dios observan la fauna que habita junto al río Duero, cerca del centro educativo. | Colegio Santísima Trinidad

También los propios alumnos realizaron sus propias charlas para presentar los datos obtenidos durante el proceso de monitorización del nivel de CO2 en las aulas. Una tarea apoyada en el uso de las nuevas tecnologías y realizada a través de medidores específicos. “Esta práctica permite recoger datos en todas las dependencias del colegio, volcarlos en hojas de cálculo y compararlos con mediciones y recomendaciones de la guía para la ventilación en las aulas del Ministerio de Ciencia”, detalla Luis De Mena.

Para el profesor, el proyecto Los Guardianes del Duero cumple con sus objetivos a pesar de las restricciones de la pandemia y se transforma en una actividad de conexión con el entorno más natural y próximo del colegio zamorano. “Se convierte en un proceso de alfabetización ecológica que les preparará más y mejor para el mundo que les espera detrás de las aulas. Una posibilidad que permite a la comunidad educativa del centro vincularse con el barrio de forma inclusiva, favoreciendo el aprendizaje colectivo, vivenciando la solidaridad y dibujando un futuro por el que vale la pena aprender y luchar”, valora para finalizar.