Un error en el proceso de notificación obliga a que suplentes de otras mesas sean titulares

Un error en el proceso de notificación a varios componentes de mesas electorales de El Pinar y del Centro de Adultos en Benavente obligó ayer a que suplentes de otras mesas ocuparan los puestos de aquellos que no acudieron al no recibir los avisos correspondientes.

Algunos de los suplentes que sí fueron avisados, fueron notificados esta misma semana. Una de las vocales del Miguel Delibes afirma que conoció que tenía que ser parte de una mesa el viernes, es decir, dos días antes de las elecciones generales 2016.

En Benavente el dato de participación fue de 33,97% en el primer avance, un punto porcentual menos que en los comicios celebrados en diciembre y de un 50,11% en el segundo avance, con tres puntos porcentuales menos que en el 20D.

Fue la anécdota más destacada de la jornada electoral, que en general transcurrió con normalidad en Benavente, con especial incidencia de público entre la una y las dos de la tarde y a partir de las seis y media de la tarde, con carreras incluso de algunos en el último momento, para evitar que le cerraran la puerta en las narices.

Dos cabinas más para elegir papeletas fueron incorporadas al colegio Buenos Aires y en Las Eras, al formarse largas colas. La Junta Electoral de Zona autorizó esta petición de Unidos Podemos al considerar que la medida ayudaría a reducir el tiempo de espera de los votantes.

Ayer las elecciones fueron el tema de conversación en las casas de mucha gente, una preocupación la de repetir elecciones que también se notó a pie de calle y de urna.

"Espérate no tengamos que volver a unas terceras", decía un hombre tras depositar las papeletas en las correspondientes urnas.

Entre los que ejercieron este derecho democrático, hubo muchos que protagonizaron anécdotas como olvidar el DNI en casa y tener que volver a por el documento para poder depositar las papeletas, llevar una fotocopia del documento pensando que no era necesario llevar el original o entregar la tarjeta de crédito por confusión y nerviosismo.

En La Encomienda una joven votó por primera vez en la mesa donde su padre era vocal y en San Isidro otro muchacho, que ejerció su derecho por primera vez el 20 de diciembre, calificaba de "gasto innecesario el tener que repetir las elecciones" y explicaba que aunque en estos meses pensó en cambiar su voto "finalmente votaré lo mismo que en las otras generales".

Otra curiosidad que dejó la jornada es que en el colegio electoral Buenos Aires, la candidata de Unidos Podemos, Seila Sánchez, votó en la mesa donde su hermana era presidenta. En el aula de al lado, una niña de apenas cuatro años manifestó su enfado al ver que habían "invadido" el aula al que ha acudido durante el curso escolar.

En Fernando II el cambio de ubicación de una de las mesas con respecto a las últimas elecciones hizo que las urnas estuvieras más próximas, generando colas en el pasillo y jolgorios de conversación con elevados tonos de voz, obligando a los presidentes de mesa a que la gente guardara silencio para poder escucharse con los vocales.

Entre las anécdotas de la jornada también está el de una inmigrante cuyo nombre fue más difícil de encontrar al no entender correctamente cómo se escribía, una señora que acudió con la tarjeta censal firmada por su marido, como símbolo de que "autorizaba" el derecho al voto, una joven que había pedido el voto por correo pero acudió igualmente a las urnas o un hombre que, tras depositar las papeletas, solicitó que se abriesen las urnas para comprobar que había metido en el sobre el partido que deseaba.

Éstas y otras cuestiones tuvieron que resolver los miembros de las mesas electorales, que en San Isidro recibieron la visita de un suplente pasada la una de la tarde.