Transición energética

La OCDE propone aumentar los impuestos al carbono y aliviar la presión fiscal de los salarios

La organización estima una desaceleración adicional del crecimiento mundial de entre 0,2 puntos porcentuales en los primeros años y 0,6 puntos porcentuales al final del período de transición

Protesta de activistas climáticos en el marco de la cumbre COP28, en Dubái.

Protesta de activistas climáticos en el marco de la cumbre COP28, en Dubái. / Reuters

Sara Ledo

Un día después del acuerdo en la cumbre de Dubai para empezar una "transición" justa y acelerada de los combustibles fósiles para limitar el calentamiento global a 1,5º, la organización de países desarrollados OCDE ha publicado este jueves una actualización de sus perspectivas de crecimiento a largo plazo (2060) en la que incorpora, por primera vez, los posibles efectos de la transición energética. El resultado es un crecimiento más lento que sin la salida de los combustibles fósiles de la economía -la transición resta hasta 3,7 puntos porcentuales al PIB de los países desarrollados a 2050 y 11 puntos porcentuales en el caso de las grandes economías emergentes, según las estimaciones de la OCDE-, pero el organismo internacional propone aumentar los impustos al carbono y utilizar los ingresos adicionales para bajar fiscalidad y cotizaciones de los salarios y estimular, así, el empleo.

La OCDE estima que la descarbonización puede restar 3,7 puntos al PIB de las economías desarrolladas hasta 2050 y aumentar el desempleo, por lo que plantea medidas compensatorias

La organización de países desarrollados parte de la base de que la tendencia actual se dirige a un crecimiento anual del PIB real para los países de la OCDE y del G20 que se desacelera gradualmente desde el 3% antes del coronavirus al 1,7% en 2060, debido principalmente a un "descenso del crecimiento de la población en edad de trabajar y a una desaceleración del crecimiento de la eficiencia laboral en las economías de los mercados emergentes".

A partir de aquí, y teniendo en cuenta que "todos los países aceleran su transición [energética] a partir de 2026, eliminando el carbón como fuente de energía para 2050 y reduciendo la participación del petróleo y el gas de la energía primaria al 5% y al 10%, respectivamente", la OCDE estima una desaceleración adicional del crecimiento mundial de entre 0,2 puntos porcentuales en los primeros años y 0,6 puntos porcentuales al final del período de transición.

Esta desaceleración, añade, es "más modesta" en el área de países de la OCDE y "más aguda" en los mercados emergentes del G20 (como China, India, Arabia Saudita, Brasil, Indonesia o Turquía) debido "a una mayor intensidad de las emisiones de carbono". El organismo proyecta un menor crecimiento acumulado hasta 2050 de 3,7% del PIB respecto a la senda de referencia (sin transición energética) para los países desarrollados y del 11% para las grandes economías emergentes.

No obstante, el informe de la OCDE asegura que, al mismo tiempo, se podrían obtener recursos adicionales equivalentes al 3,25% del PIB procedentes de tasas al carbono (impuestos al carbón, a los derechos de emisión o impuestos especiales sobre los combustibles).

En concreto, la OCDE propone utilizar estos ingresos fiscales adicionales por mayor precio del CO2 para reducir la fiscalidad sobre el empleo (impusto sobre la renta y cotizaciones sociales). "Es una opción posible para hacer la transición más viable políticamente", afirma.

Según la organización internacional, estos potenciales efectos positivos sobre el empleo podrían "compensar con creces" la caída de la producción asociada con los primeros diez años de la transición energética, "lo que dejará los niveles de vida en 2035 más altos" que en el escenario base en la zona euro y en la mayoría de países de la OCDE.

No obstante, el organismo añade que reducir la fiscalidad de los salarios es "solo una de las formas" que se pueden utilizar para "redistribuir a los hogares" los ingresos fiscales del CO2 y alerta que una transición energética exitosa supondrá aumentar el desempleo, "al menos por un tiempo", de forma que la reducción de la fiscalidad de los salarios sugiere que las políticas activas de empleo, como los programas para volver a capacitarse y cambiar de ocupación, podrían ayudar a impulsar las tasas de empleo, con impactos especialmente fuertes en los jóvenes. También, a través de "prestaciones familiares en especie" como el cuidado de los niños podrían ayudar a impulsar el empleo, con "especial impacto en las mujeres".

Para ilustrar el potencial de un paquete de políticas que apoyaría conjuntamente el empleo y innovación, la OCDE analiza un escenario en el que dos tercios de los ingresos fiscales adicionales relacionados con el carbono se utilizan para aumentar el gasto público en I+D y el tercio restante se utiliza para mejorar el apoyo al cuidado de los niños. Así, en 2035, la tasa de empleo agregada de la OCDE sería 0,6 puntos porcentuales más alta que en el escenario de transición con una redistribución global de ingresos adicionales relacionados con el carbono, mientras que la tendencia laboral el crecimiento de la eficiencia es 0,1 puntos porcentuales superior.

Otra propuesta para compensar los costes de la transición es a través de "reformas estructurales" que apenas tengan costes fiscales.