Construir el futuro desde 2021

Tras un año marcado por la pandemia y la crisis económica y social, está claro que 2021 será clave para encauzar la recuperación económica y empezar a sentar también las bases de un crecimiento futuro más sostenible a medio plazo. Además de controlar la evolución de la pandemia y seguir apoyando al tejido productivo y el empleo durante los meses duros que aún quedan por delante, el ritmo de la recuperación depende de nuestra capacidad para desplegar el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la economía española, la hoja de ruta presentada el pasado mes de octubre con las principales reformas e inversiones para conseguir una economía más moderna, con mayor potencial de crecimiento y de creación de empleo de calidad. Un progreso que sea más justo e inclusivo.

Gracias al trabajo intenso de respuesta a la pandemia, contamos con una base sobre la que apoyar la recuperación. Las medidas adoptadas en España, que ascienden a un 20% del PIB, están entre las más elevadas y eficaces del ámbito europeo para proteger el tejido productivo y el empleo, como refleja el importante crecimiento registrado el verano pasado y el mantenimiento de la senda positiva de la actividad y el empleo desde entonces, a pesar de la intensidad de la segunda y tercera ola de la pandemia en Europa y la ausencia de turismo internacional.

Además, junto con la respuesta a la pandemia, no hemos dejado de impulsar reformas estructurales cruciales en educación y formación, reforma energética y transición ecológica, mercado de trabajo, economía circular, mejora del clima de negocios y modernización de las políticas de inclusión... Y el Real Decreto-ley recientemente convalidado proporciona un marco legal específico para agilizar la inversión pública y encauzar la colaboración público-privada.

Es el momento de terminar de perfilar el Plan de Recuperación para su aprobación por las autoridades europeas y desplegar los Presupuestos Generales del Estado para 2021, que contemplan hasta 27.000 millones de euros de inversión a financiar con fondos europeos para impulsar la movilidad sostenible y la rehabilitación de vivienda, reforzar la investigación, la ciencia y el Sistema Nacional de Salud; avanzar en la transición ecológica y proteger ecosistemas, modernizar la Administración pública, apoyar la digitalización de la industria y las pymes, reforzar el Estado del Bienestar y proteger a los más vulnerables.

Aunque estamos hablando de un horizonte de medio plazo, no hay tiempo que perder. Hemos de trabajar con agilidad y eficiencia, con el concurso de todas las administraciones, de los agentes sociales y del sector privado. Y sin descuidar los otros factores que determinarán la evolución de la economía en los próximos meses: la gestión de la pandemia, la protección de empresas y familias mientras sea necesario y el impulso de un plan de choque de formación y recualificación que permita a todos los trabajadores, especialmente los más jóvenes y las mujeres, acceder a los nuevos puestos de trabajo que se crearán en la recuperación.

El año se inicia con una alta incertidumbre. Todavía tenemos por delante un tiempo complicado en términos sanitarios y económicos. Sin embargo, el proceso de vacunación abre nuevas expectativas. Aceleremos el paso desde ahora para hacerlas realidad.