Alemania lideró en 2010 la recuperación de los países industrializados al incrementar su Producto Interior Bruto (PIB) en un 3,6 por ciento en términos interanuales, por el espectacular incremento de las exportaciones y el suave despertar de la demanda interna.

La Oficina Federal de Estadística (DESTATIS) avanzó hoy su primer pronóstico oficial sobre los datos macroeconómicos del pasado ejercicio, que supone el mayor repunte del PIB en dos décadas y que dobla el crecimiento medio de la Unión Europea (UE) en 2010.

"Este ha sido el mayor incremento del PIB desde la reunificación (del país en 1991). Los datos muestran que la gente puede con razón mirar al futuro con optimismo", aseguró en un comunicado el ministro de Economía, Rainer Brüderle.

Por su parte, el presidente de DESTATIS, Roderich Egeler, destacó que la economía alemana "se ha recuperado notablemente bien y rápido de los efectos de la crisis económica", al alcanzar en los 2,498 billones de euros.

Las cifras publicadas hoy están dentro de la horquilla de estimaciones de entre el 3,5 y el 3,7 por ciento previstas tanto por el Gobierno federal como por los principales centros de estudios económicos alemanes, y suponen un salto considerable frente al retroceso del 4,7 por ciento del PIB en 2009.

El sector exterior volvió a ser en 2010 "uno de los más importantes motores del crecimiento" de la primera economía europea, según DESTATIS, como había sido habitual en Alemania -el segundo mayor exportador del mundo tras China- hasta la irrupción de la crisis global.

En concreto, el año pasado las exportaciones germanas aumentaron un 14,2 por ciento en términos interanuales, y las importaciones se incrementaron en un 13 por ciento, con lo que el sector exterior aportó 1,1 puntos porcentuales al PIB.

No obstante, el Ejecutivo federal consideró "reseñable" el incremento de la demanda interna, que simboliza el inicio de la recuperación de la economía nacional y desdeña la críticas internacionales sobre la potenciación germana del sector exterior a costa de la recuperación de otros países.

Así, las inversiones en bienes de equipo aumentaron en un 9,4 por ciento, las inversiones en infraestructuras se incrementaron un 2,8 por ciento, el gasto público repuntó un 2,2 por ciento y el consumo de las familias, un 0,5 por ciento.

La positiva evolución económica conllevó asimismo una fuerte creación de empleo: Alemania alcanzó los 40,5 millones de personas con empleo, 212.000 trabajadores o un 0,5 por ciento más que en 2009, lo que supone un nuevo máximo histórico.

"Nuestro país se encamina hacia el pleno empleo", apostilló Brüderle a este respecto.

El ministro de Economía consideró asimismo que el descenso del desempleo, y el aumento de los ingresos brutos del país (4 por ciento) y de la renta disponible (2,6 por ciento), sientan las bases de una demanda interna robusta que cimente un crecimiento económico sostenible a largo plazo.

En los últimos tres meses de 2010, no obstante, el crecimiento económico alemán se ralentizó ligeramente y se situó en el 0,5 por ciento con respecto al trimestre anterior, debido principalmente a la llegada anticipada de un duro invierno.

Por su parte, el déficit público se situó el año pasado en los 88.570 millones de euros, o el equivalente al 3,5 por ciento del PIB nacional, con lo que supera el límite del 3 por ciento fijado por el Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la UE, pero que rebaja las anteriores previsiones del Gobierno.

El Ejecutivo prevé que el déficit público baje en este ejercicio del 3 por ciento gracias al programa quinquenal de austeridad aprobado el año pasado por la coalición gobernante, de centro-derecha.

El índice de referencia del mercado de valores alemán, el DAX 30, recibió estas cifras macroeconómicas con una fuerte subida, y sobre las 10.40 GMT había avanzado un 1,37 por ciento, hasta los 7.036,45 puntos, superando de nuevo la cota de los 7.000 puntos que había perdido hace semanas.

Pese al avance del PIB en 2010, los cálculos oficiales prevén que la economía alemana no recuperará hasta finales de este año los niveles a los que se encontraba antes de la crisis.

Aunque el gobierno Federal mantiene sus previsiones de crecimiento para 2011 en el 1,8 por ciento, varios centros de estudios económicos e instituciones bancarias lo han situado ya entre el 2,2 y el 2,5 por ciento.