Supercopa de España

Brahim, el genio de la lámpara del Real Madrid: todo lo que toca lo convierte en gol

El malagueño volvió a rentabilizar al máximo los minutos de los que dispuso con un tanto y una energía que cambió el sentido de la semifinal contra el Atlético

Ha marcado en todas las competiciones esta temporada a las órdenes de un Ancelotti al que ha ido ganándose y que reconoció haber sido injusto con él

Los jugadores del Real Madrid celebran el tanto de Brahim.

Los jugadores del Real Madrid celebran el tanto de Brahim. / EFE

Denís Iglesias

Para construir un equipo incontestablemente ganador como el Real Madrid se necesitan jugadores como Brahim Díaz. Futbolistas moldeados por el don de la oportunidad que saben exprimir al máximo los minutos de los que disfrutan. Esta temporada acumula seis tantos y tres asistencias en apenas 825 minutos. Su perfil podría asemejarse al de Marco Asensio, pero sus formas son totalmente distintas. Uno vivía del disparo lejano, con sobriedad, y el malagueño es pura chispa, como demostró con su entrada en la semifinal de Supercopa ante el Atlético, donde volvió a ser decisivo. Anotó el gol de la sentencia, retratando a Oblak en una carrera hacia el infinito.

De la sentencia de Ancelotti al juicio justo

Estuvo a punto de evitar la prórroga en un derbi para la historia que decidió al final de la prórroga tras ocho tantos (5-3). El delantero ingresó en el minuto 82 en lugar de Tchouaméni y rompió la tendencia hacia los penaltis por la que caminaba un encuentro donde la fortaleza física fue fundamental. Aunque Mario Hermoso se negó a reconocerlo, el Atlético se desinfló en el tiempo suplementario y volvió a sentir la angustia de verse superado en los minutos finales. La clave estuvo en el banquillo, donde Ancelotti cuenta con recursos más que útiles como Brahim.

El italiano sabe que no fue justo con el extremo, que regresó el pasado verano a Madrid después de tres temporadas cedido en el Milan, donde creció en todos los sentidos. Ancelotti tuvo que hablar con él y reconocer que su rendimiento no se había correspondido con los minutos que merecía. Otra lección de gestión en un vestuario que siempre rema a favor del recién renovado timonel de la nave blanca.

"La competencia es muy grande y es un jugador que me gusta. He leído que tengo algo contra él, que está sentenciado y no es verdad. No soy juez, usáis mucho la palabra sentencia. No me gusta. Siento algo especial por Brahim, él ha jugado en el Milan", regateó Carletto, con la habilidad que le caracteriza. Las pruebas están en el campo, donde el malagueño se abrió camino ante la ausencia de Vinicius, quien no ha vuelto del mejor modo tras una lesión que ha dejado tocada, precisamente, la palanca que provoca su explosividad.

Jan Oblak, portero del Atlético, persigue sin éxito a Brahim Diaz.

Jan Oblak, portero del Atlético, persigue sin éxito a Brahim Diaz. / Valentí Enrich

"Peleamos hasta el final"

Brahim lleva dos encuentros de torneos eliminatorios siendo fundamental para el Real Madrid. Frente a la Arandina forzó el penalti que desatascó el partido y después anotó para cerrar el pase a octavos. Ha conseguido marcar y asistir en Champions, Liga y Copa. Ahora añade una nueva línea a su extensa hoja de méritos construida desde la paciencia y, tal y como él afirma, desde el madridismo.

"Esto es el Real Madrid y peleamos hasta el final. Hemos demostrado que somos un equipo único", defendió el malagueño nada más terminar el partido. Su tanto en el 122 fue la puñalada simbólica que deja más tocado al Atlético en lo anímico que en el resultado. Porque fue capaz de estar en un partido que pudo llevarse. Volvió a poner contra las cuerdas al colíder de la Liga, que solo ha perdido esta temporada ante su rival en la capital.

"No soy el más rápido, pero tampoco soy lento. Vi que estaba Oblak ahí y empecé a correr. Luego definí de modo extraordinario y lo celebré como es el Real Madrid. Con pasión", explicó Brahim. Su efusiva conmemoración de la 'puntilla' le costó una amarilla por parte de Alberola Rojas, quien cuajó un buen arbitraje, impidiendo que se le fuera un duelo siempre cargado de pasión y presión. Esta cartulina impidió romper un récord de 1974.

Los jugadores del Real Madrid quedaron extasiados por el esfuerzo físico de la semifinal.

Los jugadores del Real Madrid quedaron extasiados por el esfuerzo físico de la semifinal. / Valentí Enrich

Brahim ante la ausencia de Vinicius o Bellingham

Hacía medio siglo que un derbi no terminaba sin tarjetas. A Brahim, que desconocía por completo ese dato, le dio igual. Porque él precisamente se ha esmerado en romper las estadísticas para que Ancelotti confíe en él a través del fútbol. Aunque, cuando tiene oportunidad, el preparador no duda en aludir a las mejorías pendientes. "Ha fallado muchos pases", advirtió tras el duelo de Copa.

Esto no es malo, al revés. Se asemeja al mismo proceso que vivieron Vinicius o Rodrygo, con los que construyó una relación fraternal, basada en el diálogo de lo bueno y lo malo. Hoy los dos son mejores que nunca en sus posiciones e incluso en las que no les pertenecen. No obstante, el Real Madrid atropelló al Atlético sin necesidad de sus goles. Tampoco de los de Bellingham, que, como sucedió en el enfrentamiento de Liga, estuvo más ausente de lo que acostumbra.

Está lejos de ser una preocupación para Ancelotti. En caso de atasco, frota la lámpara y de ella siempre sale un genio que inclina el partido a favor de un Real Madrid. El club blanco salió del mercado de verano sin un '9', con fichajes que en realidad eran retornos, como Brahim y Fran García. La configuración de la plantilla parecía cogida con pinzas. Hasta que entró en juego el 'factor entrenador' para sacar el máximo de un núcleo donde todos aportan.

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Vídeo: Agencia ATLAS | Foto: EP

La portería sigue siendo un problema

La única inquietud, y no es menor, sigue en la portería. Kepa, el titular del club, y en consecuencia de su entrenador, está lejos del nivel que se le pide a un portero titular del Real Madrid. Lo dejó claro en las imprecisiones frente al Atlético que a punto estuvieron de costarle la clasificación a los madridistas. En la previa Ancelotti se negó a desvelar quién iba a jugar titular, evitando la naturalidad que le acostumbra.

Su única mueca después de la semifinal fue cuando se le preguntó sobre la alternancia. "Para la final, ya veremos a quién elegir", despachó, para después recrearse en jugadores como Carvajal, MVP de un duelo de claro color blanco en la grada y finalmente en el resultado, para disgusto de un Simeone al que solo le quedó la ironía: "Mucha gente nos vino a animar, los sentimos muy cerca".