Fútbol

José María Casas, el presidente que llevó al Zamora CF a su época dorada

El empresario guio al club rojiblanco, de la ruina en Tercera División, a quedarse por dos veces a un solo gol del ascenso a Segunda A

José María Casas, en su localidad del Ruta de la Plata

José María Casas, en su localidad del Ruta de la Plata / JAVIER DE LA FUENTE

Manuel López-Sueiras

Manuel López-Sueiras

El fallecimiento este domingo de José María Casas supone un serio revés para el fútbol zamorano que lideró desde muchos frentes durante su mandato como presidente del Zamora. Casas consiguió llevar al club rojiblanco desde algo increible cuando llegó al club rojiblanco como era consolidarlo en Segunda División B, en acariciar en tres ocasiones el ascenso a la Liga Profesional. De su mano el Zamora CF pasó de ser un club "en blanco y negro" a codearse con los mejores de la división de bronce tanto a nivel deportivo como de estructura interna; lo que parecía una quimera durante los primeros años en el Grupo VIII, se transformó de su mano en la época más brillante en la historia del Club, con aquellos cinco play offs de ascenso en los que, por dos veces, los rojiblancos se quedaron a tan sólo un gol de alcanzar la Segunda División. 

Casas fue un directivo personalista siempre, pero que supo rodearse de grandes directivos que le apoyaron en llevar a un club de ámbito autonómico a codearse con las principales entidades españolas.

Casas, junto a los presidentes del Zamora que le precedieron

Casas, junto a los presidentes del Zamora que le precedieron / FOTO DAVID RODRÍGUEZ

Siendo todavía un joven, llegó al Zamora CF de la mano de Antonio de Ávila del que tomó el relevo para acceder a la presidencia tras cuatro años de rodaje como directivo. Tomó las riendas en 1998 en una situación delicadísima en el ámbito económico y organizativo para intentar sacar el club de un pozo que parecía no tener fondo. Pronto consiguió el apoyo de las principales instituciones de la ciudad y provincia, y de la mano de Caja Rural dio el primer paso para conseguir la viabilidad del club rojiblanco. En los primeros tiempos tuvo el apoyo incondicional de Luis Maillo, que ya había sido la mano derecha de Antonio de Ávila que dio los primeros pasos en la salvación de la entidad, aunque tras el ascenso-descenso de Segunda B, tuvo que ser Casas el quea asumiera la responsabilidad. Y pronto comenzó el proceso de saneamiento de las arcas del club que fue parejo a aquellos interminables play off de ascenso que el Zamora no era capaz de superar. Pero la solidez en la gestión, siempre basada en mantener al club sin deudas, terminó por hacer posible el ascenso a Segunda B, una categoría que, a priori, parecía imposible de mantener porque traería consigo un importante incremento presupuestario. Pero Casas confiaba en las posibilidades del Zamora y no sólo logró la consolidación en la categoría, sino que el Zamora pasó a ser un candidato seguro también a jugar los play off a Segunda A. 

Casas, conversando con Víctor Aldama hace solo unas semanas

Casas, conversando con Víctor Aldama hace solo unas semanas / Paz Fernández / M. L. S.

Fue casi siempre, además de presidente, director deportivo, y de su mano llegaron al club entrenadores inolvidables como Carlos Tornadijo, Miguel Ángel Álvarez Tomé, José Ramón Corchado, Raúl González, Balta o Licerazu, entre otros; y también la afición zamorana pudo disfrutar de jugadores de primerísimo nivel que actualmente son muy difíciles de disfrutar en estas categorías de bronce como fueron Quero, Aiert, Sergio Francisco, Agustín Villar, por citar algunos, y alcanzó los momentos más brillantes en la historia de la cantera rojiblanca con el ascenso a División de Honor de Juveniles de la mano de una generación única de jugadores formados en el club como Dani Hernández, Carlos Ramos, Cristian Salvador, Jorge Hernández, Miguel Santos y un largo etcétera de buenos jugadores que no ha vuelto a sacar la base del club.

Supo Casas dejar el puesto justo a tiempo (2010)y, fuera por lo que fuera, tras él vinieron de nuevo los peores momentos en la historia del Zamora que llegó al borde de la desaparición que evitó Víctor de Aldama con su transformación en sociedad anónima deportiva. José María Casas se mantuvo discretamente apartado del club de sus amores durante los últimos años aunque nunca se negó a colaborar con quien se lo pedía en cuestiones relacionadas con el Zamora CF. Hace tan sólo unas semanas mantuvo varias conversaciones con Aldama para buscar soluciones a la delicada situación económica que asoló al club durante la temporada pasada e incluso se llegó a especular con que pudiera producirse su regreso al frente de la gestión del club, pero finalmente optó por mantener su discreta posición.

El deporte zamorano debe mucho a este empresario agrario que supo superar con gran entereza el fallecimiento de su mujer y cuando había rehecho su vida personal llega esta inesperada noticia que nos ha dejado a todos sus amigos malparados, convencidos que será muy difícil que otro dirigente del club pueda superar su capacidad de trabajo, su don de relaciones públicas, su capacidad de persuasión sobre sus grandes plantillas, su más que coherente filosofía económica de lo que debía ser un club modesto como éste y su inquebrantable honradez y capacidad para aportar toda su sabiduría a la sociedad zamorana a la que nunca defraudó.