Fútbol

«Si hay alguien que conoce la realidad del fútbol español, soy yo»

El nuevo seleccionador, Luis de la Fuente, repasa sus virtudes en su presentación y busca el apoyo de la afición: «Quiero 48 millones de jugadores y recuperar el espíritu de 2010»

Rubiales, De la Fuente y Luque. | Efe

Rubiales, De la Fuente y Luque. | Efe / Denís Iglesias

Denís Iglesias

La presentación de Luis de la Fuente como nuevo seleccionador, que lo será si nada si tuerce hasta la Eurocopa de 2024, fue eso, una presentación en el sentido estricto de palabra. La puesta de largo de un entrenador desconocido para el gran público que se puso en valor –«si hay alguien que conoce el presente y futuro de fútbol español, soy yo»– y fijó una nueva relación con la prensa: «Todo lo que tenga que saber España de mí será a través de los medios». Un primer argumento para deshacer las dudas sobre su corta experiencia con clubes de primer nivel, y un segundo para desmarcarse de su antecesor, Luis Enrique.

De hecho, el riojano cerró su comparecencia recordando que no tiene redes sociales ni las tendrá, aunque sí las tuvo. Todavía queda algún rastro de @DelaFuente_3 en Twitter, cuenta que desapareció al poco de entrar en 2013 en la RFEF. Empezó tomando la palabra Luis Rubiales, presidente de la Federación, que fue interpelado por la salida de Luis Enrique. «No hay nada de Twitch o de la bicicleta, había que empezar un proyecto nuevo y tenía que liderarlo Luis de la Fuente», explicó el máximo dirigente sin ser cuestionado directamente por una plataforma desde la que Lucho contraprogramó la presentación de su sucesor, con el que se mensajeó, según De la Fuente. No fue tan fluida la comunicación con Rubiales. A pesar de que éste se empeñó en definir su relación como «magnífica», Luis Enrique «no me dijo que quería seguir, porque la conversación fue por la vía de que se acababa un proyecto y empezaba otro». En resumen, al asturiano le mostraron la puerta de salida tras la eliminación del Mundial y la decisión fue tomada, según sus protagonistas, a tres bandas.

«Tras la no continuidad de Luis Enrique le comenté al presidente cuál sería mi apuesta: Luis de la Fuente. Y a Molina también le gustó», explicó Albert Luque, nuevo director de la selección española, un cargo menor al del otro protagonista que citó, ya exdirector deportivo de la RFEF, presente en el acto, así como el seleccionador femenino Jorge Vilda, quien resistió a los resultados y a las rebeldes.

No quiso la Federación que el pasado eclipsase al presente con De la Fuente. Los organizadores proyectaron un vídeo con los logros obtenidos por el nuevo seleccionador en las categorías inferiores (Eurocopa sub-19 y sub-21, entre otros) donde aparecían muchos de los jugadores que hoy integran la absoluta. Ese fue uno de los grandes valores que el riojano quiso vender, consciente de que su trayectoria a nivel de clubes es netamente inferior a la de Luis Enrique y otros técnicos que sonaron como sus sustitutos.

«Fui 15 años futbolista profesional, 13 en Primera, gané títulos, fui internacional menos en la absoluta, llevo 10 años en la RFEF, he vivido Europeos, Juegos Olímpicos... He convivido con 16 futbolistas de los que estuvieron con España en este último Mundial. Si hay alguien en España que conoce el presente y el futuro del fútbol español, soy yo», aseguró en una respuesta que llevaba preparada. Más fluido fue el intercambio posterior con los medios, en los que quiere apoyarse.

De la Fuente se preocupó por aprenderse el nombre de todos los que le preguntaron. Dejó espacio incluso para un grupo de alumnos universitarios. Aunque con el paso de la rueda de prensa mostró cansancio, se dejó exprimir de un modo que Luis Enrique nunca quiso. A través de esta cercanía quiere construir su liderazgo.

Cualquiera es seleccionable

«Sé lo que piensan los futbolistas. El que les va a hablar a los ojos es otro exjugador», insistió y no pudo evitar hablar de nombres, más si cabe por el perfil aperturista que mostró, donde cualquiera «es seleccionable». Sobre un posible regreso de Sergio Ramos afirmó: «¿Puede venir a la selección? Sí. ¿Está en buen estado? Sí», y en relación a la continuidad de Busquets, «celebro que quiera seguir y por supuesto cuento con él». A pesar de que no estará pendiente «del carné de identidad», el futuro inmediato de la selección pasa por «el talento joven» con el que ha trabajado estos últimos años y que se pondrá a las órdenes de su equipo, donde Pablo Amo ejercerá de segundo técnico y Miguel Ángel España será entrenador de porteros, entre otros.

De hecho, el rol del meta en el esquema fue uno de los temas a tratar en una comparecencia que consiguió llevar al terreno táctico. «Tener un portero que tenga facilidad para iniciar el juego con los pies nos viene bien, pero prefiero tener uno que, además de todo eso, pare», defendió en alusión a los riesgos que corrió Unai Simón en el Mundial por seguir un estilo que sí será negociable con el riojano.

«Incorporaré matices para mejorar. Creceremos interpretando la actualización del fútbol», aseguró un técnico que asume como propio el juego de posesión combinado con la libre expresión de los perfiles creativos. Una batalla de pizarra que le preocupa menos que el sentimiento de adhesión a su proyecto. «No quiero que haya 48 millones de entrenadores en España, quiero que haya 48 millones de jugadores, que se pongan la camiseta y nos sintamos un equipo. Quiero recuperar el espíritu de 2010, ese sentido de pertenencia».

Una declaración de intenciones lanzada sobre Luis Enrique, creador de un proyecto de autor. Lo más importante ya no será el capitán, sino el armador del barco: la selección, y, en consecuencia, su federación.