El Zamora Enamora volvió a caer en un final igualado fruto tanto de sus propios errores como del escaso acierto arbitral frente a un Alcobendas que siempre dio la sensación de tener controlado el partido y que terminó llevándose una victoria que puede significar el jugar la segunda fase de la liga en el grupo de ascenso

No fue nada bueno el comienzo del equipo pistacho que pronto dejó a su rival ponerse por delante en el marcador, un Alcobendas con una plantilla muy joven que movía muy rápido el balón y que encontró un verdadero agujero en el centro de la defensa zamorana. 

Los madrileños pronto se situaron con un preocupante 2-4 atacando con eficacia por el centro, donde el Zamora Enamora tenía sus principales problemas defensivos, a lo que contribuía un Lautaro que no conseguía entrar en el partido. En ataque, los recursos zamoranos eran escasos y tan solo Jortos veía con claridad el camino del gol. A todo ello se sumó la expulsión de Nico, dos minutos que los zamoranos superaron con un 6-8 que significaba haber salvado los muebles. El 6-9 obligó a Iván López, técnico pistacho, a cambiar de portero, dando entrada a Iván Ramos que tampoco fue capaz de frenar en un primer momento la sangría visitante que se tradujo en un 6-11. Siete minutos permanecieron los zamoranos sin marcar hasta que Jaime González puso el 7-11 de penalti, pero la superioridad numérica del Zamora Enamora se cerraba con un gol más de desventaja en el que fue el punto de inflexión de la primera parte. 

Iván Ramos hizo despertar a los pistachos deteniendo un penalti y firmando una nueva parada que permitió al Zamora Enamora recortar distancias, de nuevo por medio de Jortos que cerró el primer tiempo con seis goles en su casillero.

La mejora en defensa era evidente, a lo que contribuía la eficacia en la portería de Ramos, junto a las rotaciones de Alcobendas y el desgaste físico de los mejores jugadores madrileños. Así se producía un esperanzador 11-12 a cuatro minutos del descanso que se tradujo en el 12-14 del final de la primera parte.

El partido cambió mucho tras el descanso gracias a un primer gol de Horcajada y a una parada de Ramos que dio alas a los pistacho. Jortos engrosaba su cuenta anotadora para fimar el primer empate (14-14) y también ponía el 15-15 poco antes de que le expulsaran durante dos minutos, una superioridad que el Alcobendas aprovechó bien para escaparse a dos goles primero y a tres tras un penalti muy protestado (15-18). 

El Zamora Enamora había mejorado enormemente en defensa con un Fernando muy activo en los blocajes, y el marcador se acostumbró a mostrar diferencias mínimas del equipo madrileño que conseguía ventajas de uno y dos goles. Iván López pidió un tiempo muerto en el minuto 46 para darle oxígeno a sus hombres con 21-24. 

Las decisiones arbitrales, muy protestadas por los zamoranos, siguieron caldeando el ambiente, pero las posibilidades de los pistacho seguían creciendo a medida que se acercaba el final del encuentro. Además Lautaro seguía acertado bajo los palos. Pero los dos minutos señalados a Iván López por protestar dejaron al Zamora Enamora con dos jugadores menos en los que no vio puerta pese a disparar hasta cuatro veces con 22-25. Sí aprovechó el Alcobendas la superioridad para marcar, pero Jortos replicaba en un penalti en dos tiempos (23-26) en el minuto 51. La defensa zamorana siguió siendo muy buena pero todos los esfuerzos en ataque seguían siendo de Jortos que, lógicamente, no podía acertar todo lo que lanzaba. 

No bajaban la guardia los zamoranos, pero Alcobendas no perdonaba en cada ataque. Horcajada falló una vaselina, Alcobendas forzó un penalti que transformó Gimeno y Jaime sufría un fuerte calambre tras marcar el 25-28 pero ya quedaban menos de cinco minutos para el final. 

Había vida y Nico se encargó de recordárselo a su equipo con el 26-28 en el que los árbitros perdonaron una expulsión al Alcobendas y Luis Horcajada se encargó de poner el 27-28 (57´) que provocó el tiempo muerto de los madrileños. 

Magariño mantuvo vivo a su equipo con el 28-29 pero Alcobendas marcaba cuando el público se había cansado ya de pedir pasivo. Jaime González puso el partido al rojo vivo con el 29-30, cuando los zamoranos exigieron a los árbitros que penalizase a Alcobendas que estaba jugando con siete jugadores, lo que les costó a los madrileños una expulsión cuando quedaban 38 segundos de partido. Hubo un error que permitió volver a marcar a Alcobendas, pero Magariño replicó rápidamente con el 30-31 y todavía quedaban 12 segundos por jugar. Alcobendas, con cinco jugadores en la cancha, no falló y el partido finalizó irremisiblemente.