Los enfrentamientos entre el Zamora CF y la Federación de Fútbol dieron ayer un nuevo paso con la decisión del club rojiblanco de sumarse al grupo de clubes de Segunda División B que exigen al órgano federativo que se cumplan las normas laborales en los contratos que firman con los jugadores.

En una nota de prensa difundida en la mañana de ayer, el Zamora CF informa que como firmante de la carta remitida al presidente de la RFEF “exigimos un mayor control económicos sobre los pagos y contratos que los clubes realizan con algunos futbolistas, hecho que consideramos inaceptable y que conlleva una competencia desleal por la actuación de determinados clubes.

Por otra parte, los clubes firmantes animan “a aquellos equipos que compartan nuestra postura, a adherirse al escrito con el fin de luchar juntos por una competición que se rija en su totalidad por la normativa vigente”.

Los once clubes de Segunda División B piden a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) evitar una "competencia desleal" en fichajes y solicitan una "competición más limpia y justa para todos los participantes" en la categoría.

Así lo indican en una carta divulgada por el Racing de Ferrol en la que piden un "mayor control económico sobre los pagos y contratos que los clubes realizan con algunos futbolistas".

Según el club ferrolano, esta situación es "inaceptable", por lo que insta a aquellos que compartan esa postura a adherirse y exhorta a "luchar juntos por una competición que se rija en su totalidad por la normativa vigente".

Junto al Racing Ferrol, firman la carta el Badajoz, el Numancia, el Rayo Majadahonda, la Cultural Leonesa, el Internacional de Madrid, San Fernando, Ibiza, Unionistas de Salamanca, UCAM Murcia y el Zamora CF.

Destacan en la carta que sufren una "situación de desventaja competitiva debido a las malas prácticas económicas que llevan a cabo algunos equipos de la categoría".

Por este motivo, aluden a su "deber de luchar por un deporte justo y limpio" y muestran su "absoluto rechazo al incumplimiento de las normas de rigor económico por las que todos los clubes de Segunda División B deberían regirse".

La "inobservancia por parte de algunos equipos provoca un agravio comparativo", reseñan los clubes, y consideran que deberían estar castigadas prácticas como "pagos que no se ajustan en su totalidad a la legislación y cantidades de dinero que se perciben de manera no oficial".

Al mismo tiempo, inciden en que los firmantes "cumplen con el pago de todos los contratos de manera regular, así como con las cantidades a percibir por el IRPF y la Seguridad Social", por lo que se sienten "perjudicados".