Rafa Nadal se vengó ayer del griego Stefanos Tsitsipas, su verdugo la semana pasada en Madrid, y triunfó por 6-3 y 6-4 para sellar el pase a la final del Masters 1000 de Roma, en la que buscará su novena corona en el Foro Itálico.

Nadal, que ganó su primer título en Roma en 2005, cuando Tsitsipas tenía siete años, alcanzó la 50 final de su carrera en los Masters 1.000. Una final en la que busca su primera corona del año tras firmar su victoria número 60 sobre la tierra batida de la capital italiana.

"Tengo más o menos claro lo que tengo que hacer, después como siempre la ejecución es más complicada. Tengo que jugar largo, bien con el "drive", y si eso sucede pues espero tener mis posibilidades", afirmó Nadal a los medios de comunicación en la víspera del este encuentro, y el balear interpretó el duelo de forma impecable.

Nunca dio confianza a Tsitsipas, le agredió desde el comienzo y le quitó el saque en el segundo juego. Tomó una ventaja 2-0 y no concedió bolas de rotura al ateniense para cerrar el primer parcial 6-3.

El mallorquín confirmó suu sobresaliente momento de forma en el segundo set, manteniendo el nivel y siendo fiel al guion previsto para completar con éxito el partido más difícil de cuantos ha jugado en Roma esta semana hasta hoy.