Pocos hubieran creído hace ya ocho años que el CD Zamarat, después del enorme esfuerzo que para el club naranja supuso alcanzar el ascenso y de las penurias que año tras año ha tenido que pasar para lograr la salvación, serán nueve las campañas que Zamora pueda disfrutar de un equipo en la máxima categoría del baloncesto femenino nacional, en una de las ligas más competitivas de Europa.

Este hito supone un nuevo milagro para el deporte zamorano, y en concreto para el deporte femenino. Son ya tres los clubes de nuestra provincia que han conseguido estar en la máxima categoría española de deportes de equipo. El pionero fue aquel FS Zamora que dirigía Miguel Angel Hernández del Bosque, y luego lo conseguiría el MMT Seguros. En estos casos, tan sólo duró una temporada la gloria de la élite. Sin embargo, el CD Zamarat ha roto todas las previsiones, militando ocho temporadas consecutivas en la LF (hoy Liga Día) y ya nos preparamos para un nuevo ejercicio en el máximo nivel.

Ningún año ha sido sencillo conseguir la permanencia, y este que ayer terminó no lo fue menos. Era una temporada en la que debutaba como entrenador Fran García y se había puesto una gran ilusión en la plantilla que el Zamarat le había encomendado al técnico asturiano, un equipo en el que se combinaban la experiencia, con grandes jugadoras como Sandra Stanacev, Laura Quevedo, y la juventud de las "renovadas" Ainhoa López, Celia García, Nogaye Lo, Chelsie Nelson o Laura Marcos. Pero las cosas comenzaron a complicarse con la lesión de rodilla de Cristie Wagner que hizo que la escolta amercana decidiese regresar a su país. Wagner se había convertido en la líder del equipo junto a Stanacev, su ausencia no era sencilla de cubrir y no lo fue. Llegó para cubrir el importante hueco Ameryst Alston, una jugadora precedida de muy buenos informes tras su anterior paso por la Liga Española. Pero la norteamericana decepcionó por completo, llegó fuera de forma rebotada de la liga israelita, y su paso por Zamora fue más que una solución, un contratiempo muy difícil de solventar porque restaba ya poco tiempo de competición allá por el mes de enero.

También supuso otro gran revés la lesión de la pívot Tamara Seda a principios de año. Tardó el club en encontrar un repuesto de garantías y finalmente hubo suerte al rescatar del IDK Gipuzkoa a Viví Pierre-Louis. Y también supusieron un importante lastre para este Quesos El Pastor, las sucesivas recaídas en su lesión de espalda de Laura Quevedo, que no ha podido tener la continuidad deseada en su juego hasta esta recta final.

El equipo sufrió más de lo previsto para reconvertirse y no lo conseguiría hasta la llegada de la australiana Tess Madgen que, por fin, cubrió ese importante hueco que tenía el Quesos El Pastor en el perímetro. Magden se erigió pronto en la líder del equipo, en la jugadora que ponía mesura y buscaba alternativas cuando faltaban las ideas en el resto de compañeras. Y el Zamarat se convirtió en un equipo muy distinto al de los dos primeros tercios de la competición. Quedaba ya poco tiempo para la reacción, pero el milagro fue posible.

El equipo naranja llegó a la jornada 19 con seis derrotas consecutivas e igualado a puntos con su rival por la permanencia, el Femení Sant Adriá. Pero ya en ese partido perdido contra Girona en el Angel Nieto, pudo apreciarse que las cosas habían cambiado. Girona tuvo que trabajar muy duro y emplear todos sus recursos para ganar en el Angel Nieto contra un Quesos El Pastor que había cambiado por completo. Y así fue: todavía llegaría una derrota más en San Sebastián en la misma tónica de buen juego, pero las de Fran García se reencontraron con la victoria ante Mann Filter y afrontaron el partido de mayor trascendencia de la temporada en Sant Adriá con la moral muy alta, y no fallaron en tierras catalanas con un 53-65 que dejaba sentenciado al equipo catalán, que perdía además definitivamente su basket average.

Valencia ganó, como era previsible en el Angel Nieto, pero el Zamarat se mantenía a un alto nivel que dejó patente logrando una nueva victoria en la visita a Cáceres (68-71), un triunfo que parecía sentenciar la permanencia. Pero Sant Adriá se recuperó ganando a Lugo y a Ferrol, y todo quedó por resolver para la última jornada: bastaba con que el Quesos El Pastor ganase en Bembibre, pero también era suficiente con que Sant Adriá no ganase ante el líder Perfumerías Avenida. Al final, se pudo ganar a Bembibre y se cumplieron las previsiones en Sant Adriá de Besós.

El CD Zamarat afronta ya su novena campaña en la Liga Femenina en la que no ha sido capaz de mejorar los dos octavos puestos logrados en las campañas 12/13 y 14/15. En 2015/16 finalizó noveno, y en las cuatro restantes campañas ha estado entre las plazas décima y duodécima. ¿Será posible mejorar estos resultados el próximo año? Desde luego, no será nada sencillo porque la crisis económica de la competición parece haberse superado y cada año, los rivales se presentan más reforzados y con presupuestos cercanos a aquel 2013/14 en el que tan sólo pudieron salir a competir doce equipos.

En estos ocho años, también la propia estructura del club ha cambiado sensiblemente, y pese a que Carlos Baz se mantiene como presidente, la directiva ha experimentado continuos cambios. El de mayor trascendencia, como es evidente, vino con el fallecimiento del fundador del club, Juan de Mena en 2016. Desde entonces, la responsabilidad deportiva ha recaído sobre todo en los entrenadores, con Lucas Fernández, hasta la pasada campaña, en la que fue sustituído por Eloy Doce, y ahora el propio Fran García. Las penurias deportivas se han compensado con la consolidación de una base social importante en el club naranja, no sólo con la potenciación de la cantera, sino con la integración en la estructura del club de un importante grupo de colaboradores.

El futuro debe pasar por incrementar los medios de financiación que permitan afrontar la competición sin los apuros de las últimas campañas.