El brasileño nacionalizado ruso Mario Fernandes es uno de los líderes del CSKA Moscú, rival hoy del Real Madrid, que lo tuvo en su punto de mira cuando militaba en el Gremio allá por 2011. Desde entonces, se ha asentado como uno de los mejores laterales derechos de Europa, como dejó de manifiesto en el reciente Mundial, en el que fue uno de los defensas más destacados del torneo. "Es un futbolista destinado a un gran equipo. Tenías que ver cómo entrena. Nunca he visto a nadie igual. Es diferente a otros brasileños", aseguró a Efe Víctor Onopko, segundo entrenador del CSKA.

Su entrega con la camiseta nacional le han convertido en uno de los favoritos de la afición rusa, más aún después de marcara el gol del empate en la prórroga de los cuartos de final ante Croacia. Sus cualidades -es un lateral de ida y vuelta, que sabe defender y atacar, y es rápido pese a su estatura (cerca del 1,90)- le convirtieron en una pieza apetecible este verano. Según la prensa, equipos españoles, como Valencia y Sevilla, llamaron a su puerta y también hubo interés de clubes italianos e ingleses, pero "Supermario" dijo que no.

"Él dice que quiere mucho al CSKA. Si el club dice que debo irme, pues entonces me voy. Pero ha decidido quedarse", comentó Onopko.

El exjugador del Oviedo no sabe por qué en su momento el Real Madrid no acometió su fichaje, pero el CSKA bien que le ha sacado provecho desde que recalara en la capital rusa A sus 28 años, Mario está en plenitud y el Real Madrid deberá vigilarlo muy de cerca si no quiere que le haga un agujero en la banda izquierda, donde este martes estará ausente por lesión Marcelo. Fernandes participa en muchas de las jugadas ofensivas de su equipo, ya que el técnico del CSKA, Víctor Goncharenko, le da libertad para sumarse al ataque, aunque sin descuidar su espalda.

El antiguo seleccionador ruso, el italiano Fabio Capello, solicitó su nacionalización; y el presidente ruso, Vladímir Putin, se la concedió para jugar el Mundial.