Un tramo final de partido muy malo, plagado de nervios e imprecisiones, acabó por condenar al MMT Seguros en Artaleku (25-19) ante un Bidasoa Irún que supo aprovechar el momento de debilidad de los visitantes para mostrarse su calidad y, con un parcial de 7-0, sentenciar antes de lo previsto un choque igualado en sus primeros cuarenta minutos. Una derrota que manda a puestos de descenso a los zamoranos tras el empate ayer en casa de BM Cangas.

El choque dio comienzo con los dos equipos acertados en ataque. Los anfitriones tiraron de lanzamiento de larga distancia y de algo de fortuna en forma de poste, para mantenerse a favor de marcador en los primeros compases del encuentro, 2-1 en el minuto dos. Momento en el que los goles comenzaron a resistirse porque se inició una bonito duelo de porteros entre Rangel y Calle en el que se vieron un par de paradas a bocajarro preciosas. Rompió la sequía el local Popovic con un nuevo trallazo al que respondió Jortos de igual manera, hasta que otras dos grandes intervenciones de un Calle espectacular y nuevo misil de Jortos colocaban el 4-3 en el minuto diez.

Poco después una superioridad pudo darle al cuadro de Viriato la opción de conseguir una nueva igualdad pero lo evitó un error en la transición y la poca claridad visitante en ataque, donde sólo Jortos resultaba fiable. El Bidasoa Irún elaboraba con paciencia y de forma colectiva, consiguiendo generar superioridades en el dos para uno para que sus laterales y extremos tuvieran posiciones de lanzamiento muy cómodas.

Cuando además el equipo local logró maniatar a Jortos las diferencias en pista y en el marcador se hicieron evidentes, máximo con el 8-4 superado el primer cuarto de hora del choque. Dos latigazos consecutivos de Ceballos y Abalos redujeron las diferencias rápido, pero el local Salinas seguía encontrando muy bien los espacios y, aunque Calle seguía engordando su estadística, el equipo visitante no terminaba de cerrar bien. Un tono gris que, sumado a la falta de ideas en ataque, daba como lugar un claro 10-6 para los irundarras en el minuto veinte.

Una nueva superioridad zamorana no trajo consigo la claridad ofensiva esperada. De hecho, el duelo atravesó por unos momentos de locura no exento de imprecisiones graves a un lado y otro de la pista. Calle siguió atajando mucho -terminaría la primera parte rozando el cincuenta por ciento de efectividad-, pero en ataque los de Eduardo García Valiente estaban poco menos que negados y con prácticamente hacer nada Bidasoa Irún conseguría irse al descanso sin desperdiciar gran parte de su renta 12-9.

Dos goles consecutivos de los visitantes en sendas ofensivas muy bien ejecutadas, a cargo de sus Mouriño y Jortos, los dos efectivos más letales del MMT seguros asyer, provocaron que la grada de Artaleku se pusiera nerviosa y Cuétara pidiera tiempo muerto (12-11). Bidasoa Irún tenía que superar a Calle, impresionante bajo palos, y de ello se encargó Salinas. Sus goles y las paradas de Rangel solventaron el primer susto alcanzando el 14-11.

El MMT Seguros era ahora era un equipo bien distinto arriba y la pareja Jortos - Mouriño resultaba imparable por mucho que Rangel hiciera méritos y se acercase mucho a los porcentajes de Calle, consiguiendo tras cuarenta minutos el cuadro zamorano igualar en el luminoso a su rival (15-15).

En ese momento el partido estaba más abierto que nunca, el MMT Seguros había maniatado a Salinas y además jugaba muy suelto en ataque, peroRangel seguía creciendo en protagonismo y la alternancia en el luminoso no llegaba.

Con todo muy apretado una exclusión a Mouriño, dos nuevas parada de Rangel y la aparición del local Azkue como goleador, provocaron una herida incurable para los zamoranos que ni siquiera García Vaiente pudo contener pese a agotar sus tiempos muertos. Abalós era excluído y la diferencia se iba, de pronto, a ocho goles en favor de los locales (22-16).

De vuelta al juego, el MMT Seguros Zamora no supo revertir la situación y se desangró entre nervios varios, despistes en defensa e indecisiones en la definición. El Bidasoa Irún se creció en lo anímico, jaleado por su afición, entró en la recta final manteniendo su ventaja. (24-16, m. 56). Una diferencia insalvable para un cuadro pistacho que, tras perder en Artaleku, cae a puestos de descenso.