Afronta su tercera temporada en el banquillo zamorano y lo hace con mayor ilusión, si cabe, que en años anteriores. Plenamente integrado en Zamora y encantado con la dinámica de su equipo y su club, Eduardo García Valiente luchará junto a los suyos por lograr la permanencia en Primera Nacional y seguir haciendo más grande la familia del balonmano.

—Llega el ansiado debut en una nueva categoría ¿Qué podemos esperar de esta liga y de la participación en ella de Inzamac Zamora?

—El equipo, lo que es la primera plantilla (18 jugadores y dos técnicos), se van a encontrar algo muy diferente a lo que se encontraron el año pasado. El año pasado había partidos con diferencias de quince o catorce tantos para, al final, jugarte el éxito ante dos equipos. En esta nueva temporada todos los partidos van a estar en baremos de tres o cuatro goles de diferencia. El equipo tiene que estar preparado para luchar todos los encuentros y hacerlo durante los sesenta minutos. Ahora ya no nos valdrá jugar al máximo quince minutos y luego, dejarnos llevar.

—Esto supone todo un reto tanto para la plantilla como para el cuerpo técnico.

—Sin duda, estas diferencias hacen de la Primera División Nacional una categoría mucho más bonita. El grupo vivirá encuentros de esos que siempre quieres jugar y los aficionados podrán disfrutar de duelos mucho más intensos. Enfrentamientos muy atractivos ante equipos de clubes que buscan estar en la élite y otros que serán más flojos pero con los que nos tendremos que partirnos la cara día a día deportivamente hablando.

—¿Qué posibilidades tiene de alcanzar sus metas Inzamac Zamora en este nuevo reto?

—El club ha hecho un gran esfuerzo para afrontar con garantías, tanto a nivel de equipo como a nivel administrativo, este nuevo reto. Yo creo que tenemos una gran ilusión y esto ha hecho que trabajemos muchísimo para hacer una buena pretemporada y llegar en buen estado al primer partido de liga. Habrá partidos que se ganen, partidos en los que se pierda, pero creo que el equipo está sobradamente capacitado para conservar la categoría. Un objetivo por el que ya luchamos con esfuerzo porque somos conscientes de que somos la punta del iceberg de un gran proyecto en el que hay muchos niños, niñas, padres y monitores. Es una responsabilidad que nos empuja y nos ayudará a mantener el equipo sea como sea.

—¿Cómo se ha estructurado la plantilla?

Yo siempre he dicho que la gente que nos subió es la gente que se merece mantenernos. A partir de ahí hay que tener en cuenta que por la actual situación económica social era imposible mantener todo el bloque y reforzarnos, o traer siete u ocho caras nuevas porque llegado enero, si ocurre cualquier incidente, podríamos tener muchos problemas. En este sentido, y estoy plenamente de acuerdo, el club decidió apostar por el grupo que logró el ascenso. Hombres que han demostrado estar en el nivel que requiere la Primera División Nacional sin ningún problema, a los que se han unido otros tres jugadores con la intención de ajustar los déficit que teníamos.

—¿Qué aportarán los recién llegados?

—Pues Félix, un pivote de la casa y que conoce a toda la plantilla de su anterior paso por Zamora, aportará seriedad, altura y defensa, además de gran calidad ofensiva en su posición como ya demostró en la fase de ascenso que jugamos en Zamora. Por su parte, César Pérez es un jugador muy joven pero al tiempo muy veterano. Fue capitán de la selección española juvenil y además es un jugador que ya conoce la categoría y el grupo vasco. Creo que nos dará un poco de "cabeza" a la hora de atacar. Y Litus sumará algo muy importante, tiro exterior. Era uno de nuestros "debes", Litus llega para que cuando nuestro ataque no sea efectivo en la línea de seis metros, podamos distanciarnos de la defensa contraria y tener una buena resolución de jugada, algo a lo que tanto él como el resto del grupo tendrá que adaptarse.

—¿Cuáles serán los rivales a batir para estos hombres?

—Bueno, lo cierto es que hoy por hoy es una incógnita porque la categoría ha dado un vuelco terrible. Los tres mejores equipos que había en este grupo, Torrelavega, Tudela y Restaurante Jero han desparecido. A partir de ahí, las fusiones con otros clubes y el intenso mercado han provocado que todos los equipos estén muy nivelados y tengan grandes plantillas. Nuestra batalla será con todos los equipos.

—¿Cuáles son los aspirantes al título?

—Para mí, uno de los grandes favoritos es BM Nava, que se ha reforzado mucho y bien, empezando por el banquillo con la llegada de Senovilla. Además contará con grandes jugadores, como Aranga. Los sorianos ficharon muy bien el año pasado y han logrado mantener esa base. Otros conjuntos llamados a estar arriba serán el Ademar de León y el Ainatasuna, que se ha fusionado con Portland..

— Antes ha comentado que su equipo es la parte más alta del proyecto del Balonmano Zamora. ¿Cómo de grande es ese proyecto?

— Si habláramos de números podríamos decir que, además del primer equipo, va a haber en este club cerca de 230 chicos y chicas de la capital practicando balonmano con nosotros.

—Es una gran cifra para una cantera

— Si, y todo un orgullo. En pocos años hemos pasado de quince niños jugando a este deporte a una cifra increíble, con todo lo que eso conlleva. Si sumamos toda la masa social entorno al club podremos estar hablando de 600 personas luchando por el balonmano en Zamora, que irán al Camba a ayudar al equipo para que, pasito a pasito, hagamos una de nuestras mejores temporadas.

— Una temporada en la que también la base dará éxitos gracias al trabajo de todos.

—Por eso me encanta Zamora y este proyecto. Primero porque tanto José Antonio Quintana como Iñaki Gómez y Arcel Andrés están haciendo un trabajo terrible y desinteresado. Son tres personas excelentes que se merecen un reconocimiento a toda su labor. Y por detrás de ellos, diez o doce jugadores de la plantilla volcados con el trabajo dirigido hacia los más pequeños, que está muy bien organizado y que creo que dará sus frutos en el futuro.

—¿Cuál es el próximo objetivo en el sentido organizativo?

— Continuar esta labor. Hemos aumentado el volumen del club, ahora hay que mantenerlo. Y poco a poco la cantera dará jugadores, un equipo femenino y una masa social que para mi es fundamental para que el club continúe con su actividad, con su labor desde la humildad.

—Una humildad que ya se ha ganado el respeto de muchos, incluso fuera.

—Estamos empezando a ser reconocidos a nivel territorial y nacional, pero el respeto hay que ganárselo. Hay que seguir trabajando como hasta ahora. Poco a poco, logrando dar pequeños pasos como ha sido la convocatoria de nueve niños para las selecciones territoriales de Castilla y León. Creo que debemos seguir creciendo como club, aunque no sabiendo que no somos un Barcelona o un Ciudad Real. Somos un club pequeño que debe hacerse respetar como los equipos, en la pista. A base de trabajo y de la implicación de cada uno.