El montañero zamorano Martín Ramos sigue en su dura y ardua tarea de conseguir ascender el Karakorum. Martín Ramos y su compañero de expedición Miguel Angel Pérez cada día tienen más problemas para mandar noticias desde su Campo Base, ya que la falta de energía que existe en esa zona les impide casi poder encender el ordenador para ponerse en contacto con el resto del mundo.

Martín Ramos y su compañero Miguel Angel Pérez llevan ya cinco días en el Campo Base. La llegada a Islamabad y aproximación a través del Glaciar del Baltoro se desarrolló dentro de lo que ambos montañeros habían previsto en los planes de la ruta. No pudieron volar a Skardu y tuvieron que hacer el interminable viaje en coche remontando el río Indo. Luego, tuvieron que estar cinco días andando a través del Glaciar del Baltoro. Los montañeros fueron ganando altura progresivamente desde los 2.800 metros de Askole hasta los 5.100 del Campo Base de los Gasherbrum, que es donde se encuentran actualmente.

Ambos montañeros han subido dos veces hasta los 6.000 metros del Campo I que es común para el G-I y para el G-II. Este glaciar, con sus grietas y seracs, es un viejo conocido para los dos expedicionarios. Ya lo transitaron varias veces en 2004 y ahora las condiciones han cambiado para peor. El decorado ha cambiado mucho, hay muchas más grietas y en general las condiciones son menos seguras para todos aquellos que tratan de transitar por esa zona. De hecho han tenido que pasar encordados el glaciar, cuando hace cuatro años pudieron transitarlo sin cuerda. Ese es un detalle que muestra a la claras la peligrosidad que conlleva la aventura que están llevando a cabo tanto Martín Ramos como su compañero Miguel Angel Pérez.

El tiempo es bastante inestable y en los últimos días han caído 40 cm de nieve. Esta inestabilidad hace que las condiciones no sean fáciles en ninguno de los Gasherbrum. La gran diferencia estriba en que en el G-II hay más de sesenta personas para intentar hacer cumbre, por lo que la compañía siempre hace más fácil la meta. Mientras que para el G-I apenas hay media docena, lo que unido al tiempo inestable hace casi inaccesible su tránsito. Ello supone una gran diferencia para abrir huella y montar cuerda fija.

Por todos estos problemas, y tras pensarlo varios días, han decidido desistir por el momento del G-I. Así que el montañero zamorano Martín Ramos se va a centrar en el G-II.