Las caídas son, sin duda, la cara más dura y amarga del ciclismo. A lo largo de esta Vuelta a Zamora, no ha habido demasiadas y los servicios médicos no han tenido mucho trabajo en carrera. Ayer, en la meta de Tábara, tuvieron que atender a un corredor del Frío Julymar, que terminó con el brazo inmovilizado. En la imagen de Leal, a la izquierda, el corredor, con evidentes muestras de dolor. Antes, al paso por Villalazán, un integrante del Frisonoble, Carrillo, reventó la rueda delantera de su bici y sufrió una llamativa caída. Se hizo varios raspones en las rodillas y pudo seguir algunos kilómetros en carrera, antes de retirarse. En la foto de la derecha, el momento en el que vuelve a la carretera.