La iglesia de San Martín de Tours de Molacillos continúa cayéndose a pedazos. El pasado lunes aparecía una piedra de considerable tamaño a los pies de la torre del templo, en la plaza del pueblo.
Los desprendimientos ocurren cada vez más a menudo tanto en el interior como en el exterior del templo, que está cerrado al culto desde el 2 de junio por no poder garantizar la seguridad de los feligreses. Tras los últimos desprendimientos de la fachada, el Ayuntamiento de Molacillos se plantea señalizar e incluso acordonar el perímetro de la iglesia, para evitar que si caen nuevos cascotes estos puedan golpear y herir a algún viandante.
El Partido Popular reafirmaba el pasado lunes la intención de la Junta de Castilla y León de hacerse cargo del arreglo de esta iglesia, declarada Bien de Interés Cultural, una vez que los técnicos de la Diócesis de Zamora entreguen el proyecto técnico que, según aseguraba el PP, “se está ultimando”. El pasado 22 de junio responsables del gobierno autonómico, del Obispado y de la Diputación de Zamora acordaban en una reunión a tres bandas abordar con carácter urgente el arreglo de esta iglesia tan singular, por ser el único exponente del barroco de estilo levantino en Castilla y León.
Sin embargo, la pasada semana ni el ni Vox apoyaban en las Cortes de Castilla y León una moción para instar a la Junta a restaurar la iglesia. La propuesta fue presentada por el PSOE en junio, antes de la citada reunión a tres bandas, pero no llegó a la Comisión de Cultura y Turismo hasta este mes de octubre, cuando ya están en marcha los estudios previos a las obras.
En Molacillos, lo que el pueblo quiere es que se restaure la iglesia y los vecinos urgen a todas las instituciones a agilizar los trámites y “empezar cuanto antes una reforma integral” que frene el deterioro del monumento, que es el orgullo de este municipio de la Tierra del Pan.
La construcción de la iglesia de Molacillos está muy vinculada a Andrés Mayoral, un hijo del pueblo que llegó a ser arzobispo de Valencia en el siglo XVIII. Desde la ciudad del Turia, Mayoral costeó las obras y encargó personalmente su diseño a un arquitecto valenciano, Cristóbal Herrera, que la hizo al estilo de los templos barrocos de Valencia y Alicante. También envió desde allí al maestro Francisco Castellote, que supervisó y dirigió los trabajos entre 1748 y 1758, además de a varios artesanos. La iglesia cuenta con tres cúpulas y una torre de cuatro cuerpos. Su interior está profusamente decorado con pinturas murales cuya conservación también corre peligro por las graves humedades que afectan a la iglesia.
