La Opinión de Zamora

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La miel de La Culebra no será la misma hasta dentro de 30 años como consecuencia del incendio

La apicultura zamorana estima que hasta dentro de tres años no obtendrán beneficios

Apicultor recogiendo la miel de las abejas | Reuters

Una cucharada de miel son, aproximadamente, cuatro mililitros, y corresponde al trabajo de entre diez y doce abejas. Una abeja vive en torno a 40 días y puede llegar a recorrer entre 40 y 100 kilómetros diarios. Sin embargo, la cotidianidad de las abejas de la Sierra de la Culebra se vio truncada tras el devastador incendio del mes pasado.

El inventario de los desastres, provocados por el incendio, sigue aumentando. En este caso, otro de los sectores afectados es el de la apicultura. “Se han quemado castaños centenarios”, explica con tristeza Manuel Casado, un apicultor de la provincia. Hay que tener en cuenta, que la mayor parte de miel de Zamora es de castaño, por lo que hay afección directa.

“Se estima que hasta dentro de dos años no se va a poder volver a las zonas afectadas”, explica el secretario de la Unión Profesional de Apicultores de Zamora (Apis Durii), Francisco Alonso. Esto no quiere decir que, desde ese momento, se pueda producir el excedente suficiente de miel como para poder venderlo. “Al principio las abejas solo podrán alimentarse a sí mismas y, si no podemos vender, los gastos de mantenimiento derivados de la labor de polinización no van a ser rentables”, confiesa Alonso.

Las primeras flores que logren adaptarse al nuevo entorno serán las más resistentes y cambiarán el sabor de la miel

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Si las cuentas son correctas, el secretario de Apis Durii calcula que las abejas no darán la suficiente producción de miel hasta pasados tres o cuatro años. No obstante, existe un problema añadido, las primeras flores que logren adaptarse al nuevo entorno serán las más resistentes, y eso, afectará al sabor de miel. “No todas las flores valen, y hasta que no se recuperen los bosques, no se podrá volver a obtener el mismo sabor que la miel de antes del incendio”, reconoce Alonso. Y añade, “pasarán al menos 30 años para tener la misma miel”.

La apicultura en Zamora es una explotación ganadera en auge. De 33.000 colmenas que había en 2017, se han pasado a 40.000, según la Asociación. Además, este incremento se debe al entusiasmo de muchos jóvenes que, renegados del ritmo de vida de las grandes ciudades, han vuelto al pueblo y han decidido darle una oportunidad a la apicultura tradicional. Y otro hecho destacable que destaca Alonso: la mitad de las productoras apícolas, son mujeres.

En vistas a la incertidumbre que afronta el sector, de cara a los próximos años, desde Apis Durii confían en que desde la Administración les “puedan echar un cable”. No obstante, es necesario, previamente, realizar una primera estimación para detallar los costes reales que ha provocado el incendio. Por el momento, todo el sector apícola está volcado en “arrimar el hombro” y ayudar a todos los afectados, “se necesita solidaridad entre compañeros”, animan.

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