La afluencia masiva adelanta la apertura de la Concentración de Motos del Lago de Sanabria
Esta concentración se convierte en "terapia motera" tras dos años de pandemia
La XXVIII edición de la Concentración Internacional de Motos del Lago de Sanabria abría con dos horas de antelación, antes de la una de la tarde, la inscripción de los participantes ante la llegada “masiva” de moteros al punto de entrada de El Puente de Sanabria. En poco tiempo se sumaron otros 200 participantes a los más de dos millares que formulaban su preinscripción antes del fin de semana y reconquistar “el tiempo perdido”.
La Concentración de Motos de Sanabria incluirá un viaje a la frontera en Calabor
Esta concentración, la primera de la provincia de Zamora y una de las primeras de verano en Castilla y León, se convierte en “terapia motera” tras dos años de pandemia para la organización, que el jueves por la noche recibía a los primeros acampados en el recinto del campo de Rabanillo, habilitado para los participantes.
Entre los primeros en pasar por la línea de inscripción, la pareja formada por Joaquín Rodríguez y Soraya Rivilla, desde Barcelona, con un atajo por Trefacio donde tienen casa familiar. Pese a ellos “es la primera vez” que asisten a la concentración sanabresa. El calendario de sus vacaciones “que siempre era más tarde” este año “ha coincidido”. Esta vez no han hecho los 900 kilómetros de un tirón en su Yamaha R1.
De la comunidad catalana también llega Manuel Aribau y de Alemania Guenter Scholz con dos máquinas rusas elegantes con sidecares, marca Ural, y de las que Guenter fue representante de la firma en España durante más de tres décadas. Para ellos también es su primera participación fijándose precisamente en que es “internacional”.
En España existirán en estos momentos un millar de motos con sidecar y desde hace 35 años es la compañera de Guenter. Tiene capacidad para dos pasajeros además del piloto. Son moteros de toda la vida, desde los 14 años, en palabras de Manuel .El precio es parecido al de un coche pequeño, 13.000 o 14.000 euros, y han incorporado muchas mejoras desde el freno de disco, inyección, y casi es necesario tener la condición de mecánico, como estos dos participantes. A diferencia de otras motos “es más trabajo de manos y brazos” a la hora de pilotar. El sidecar sirve de almacén ocasional para el material de acampada.
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