Javier Fernández Lozano, científico y profesor de la Escuela Superior y Técnica de Ingenieros de Minas de la Universidad de León, y Rodrigo Andrés Bercianos, ingeniero, geólogo y especialista en el estudio geoquímico de suelos y sedimentos, realizan un estudio sobre sedimentos de ríos en la provincia de Zamora, dentro del proyecto financiado por el Instituto Florián de Ocampo adscrito al Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

El director del proyecto y especialista en geología y minería, Javier Fernández, precisa que el pasado mes de enero se iniciaron los trabajos tras la aprobación del proyecto científico, en diciembre del pasado año. El equipo de investigadores señala su “agradecimiento al Instituto Florián de Ocampo, adscrito al CSIC, y a la Diputación de Zamora, el interés por potenciar y dar oportunidades a los jóvenes investigadores. Algo que sin duda redundará en mejorar el conocimiento científico de la provincia de Zamora”.

Atlas Geoquímico

En este proyecto se están estudiando sedimentos procedentes de ríos y algunas de sus llanuras aluviales. El pasado año se analizaron los suelos en otro proyecto concedido al mismo equipo. Con toda la información técnica recopilada “se quiere elaborar un Atlas Geoquímico de la provincia de Zamora que contribuya a mejorar la gestión y el conocimiento del medio natural de la provincia”.

El proyecto se plantea muestrear de manera sistemática 75 ríos y arroyos de las cuencas del Duero y el Miño-Sil

En el proyecto actual se plantea muestrear de manera sistemática 75 ríos y arroyos de las cuencas del Duero y el Miño-Sil en la provincia de Zamora. Este trabajo se centra en las cuencas de drenaje con superficies que no superan los 100 kilómetros cuadrados.

Recogida de muestras por uno de los miembros del equipo de investigación. | Javier Fernández

Además, en aquellas cuencas con superficies de hasta 5.000 kilómetros cuadrados –Tera, Valderaduey, Guareña, Cea, Órbigo y Sequillo– se tomarán, junto con las muestras de sedimentos de corriente, dos en sus llanuras de inundación.

Todo ello, explica el director del proyecto, teniendo presente que pueden producirse cambios a lo largo del proyecto en función de las necesidades que vayamos observando o las dificultades que se puedan presentar.

Los muestreos realizados hasta ahora comprenden el tercio norte de la provincia Sanabria-Carballeda-Benavente.

Los muestreos realizados hasta ahora comprenden el tercio norte de la provincia Sanabria-Carballeda-Benavente.

“En los próximos meses esperamos continuar con el resto de los muestreos. Alguna de las principales dificultades en este tipo de masas de agua es el frío y las crecidas de algunos ríos importantes durante el invierno. Los muestreos se están realizando en el invierno debido a que la concesión de la ayuda económica es de un año natural, lo que obliga a realizar un esfuerzo extra para sacar el trabajo adelante en condiciones complejas”.

Muestras de 150 gramos

Javier Fernández concreta que “los muestreos se realizan en la parte central de los cauces, tomando 150 gramos de material del fondo, que debe ser cribado primero siguiendo los estándares de muestreos para este tipo de trabajos. Los recipientes donde son almacenados se guardan en neveras refrigeradas y son enviados al laboratorio para su análisis geoquímico. Con todo ello se realizará un análisis geoestadístico de los resultados y se elaborarán mapas que permitan identificar de forma visual, para cada uno de los diferentes elementos químicos analizados, las variaciones de concentración por cuencas”.

El objetivo principal de este estudio de los sedimentos de los ríos “es conocer las características geoquímicas que presentan nuestros ríos. De manera que podamos obtener una radiografía del estado de nuestros ecosistemas fluviales y, por ende, de nuestro territorio”.

Estudio de los sedimentos de los ríos en Zamora Javier Fernández

El entorno natural y la mejora de la gestión del territorio

El análisis geoquímico “permitirá establecer el estado medioambiental y, además, tiene una segunda lectura, ya que podremos disponer de datos que sirvan como punto de partida para estudios posteriores sobre el estado de las cuencas y las posibles concentraciones anómalas de elementos de origen natural o antrópico que puedan registrarse a lo largo del tiempo, durante distintos episodios de avenidas que se producen en nuestros ríos”.

De partida “no podemos hablar de contaminantes. En el caso del estudio de suelos elaborado el año pasado, lo que se ha buscado es establecer una serie de niveles de referencia de acuerdo con la normativa actual para los distintos tipos de litologías existentes en la provincia, de manera que sirvan de punto de partida para análisis más detallados que puedan determinar en el futuro la presencia de potenciales contaminantes”. Este último aspecto ya no depende de los investigadores, sino que es trabajo que debe realizar la Administración.

“Nosotros sólo indicamos cuáles deben ser los valores de concentración por litologías y dónde puede existir una concentración que supere esos niveles medios, analizando si su origen puede ser geogénico o antrópico, de manera que la Administración pueda realizar un estudio más exhaustivo”.

Espacios naturales

Aunque no es el objetivo de este estudio “también podrá establecer de forma paralela la existencia de anomalías geoquímicas de interés minero o sectores donde las concentraciones, de origen natural, de determinados elementos químicos pueda hacer pensar en la presencia de un yacimiento mineral con interés económico asociado a un tipo de roca o sedimento en particular” Fernández Lozano subraya la importancia de conocer mejor nuestro entorno natural y estudiarlo para mejorar la gestión del territorio y los valores naturales del paisaje. “Tenemos excelentes espacios naturales, como el Parque Natural del Lago de Sanabria o los Arribes del Duero, La Sierra de La Culebra, etc.”. Mejorar el conocimiento de nuestro entorno “contribuye a su preservación futura y a su adecuada gestión. Es fundamental que se valore el trabajo científico y se apoye a los jóvenes investigadores a través de iniciativas como la del IEZ, pero es necesaria una mayor financiación que contribuya a que los científicos puedan realizar estos trabajos.