El equipo lo hacen las personas, y a ellas va dirigido el homenaje del Club Deportivo Morales del Vino Atlético que desde noviembre se encuentra inmerso en la recopilación de su historia, por la que han pasado, calculan, hasta trescientos jugadores.

La idea saltó a las redes sociales en forma de llamamiento, desde cuando han llegado a parar a manos del club casi un centenar de recuerdos en forma de fotografías y vídeos, donde muchos reconocerán a parte de los rostros artífices del nacimiento y evolución del club moralino desde los años setenta. Esto es un “homenaje” a esas personas, explican desde el club, que trae una gran sorpresa consigo en la que promete “involucrar a todo el pueblo”.

En esta primera recopilación de la genealogía moralina los nombres de imprescindibles como Fernando, Lolo o Hernández Macías se entremezclarán con el de jugadores de toda la trayectoria del equipo, a los que se les pondrá rostro y apellido.

Desde la organización animan a seguir enviando archivos gráficos hasta finales de mes al club, cuando se cerrará el plazo de recepción. Ya se ha planeado qué hacer con todo el material conseguido, y aunque aún es secreto, adelantan que será una sorpresa para todo el pueblo: un homenaje para la posteridad que, avisan, no dejará a nadie indiferente. Una iniciativa preparada para emocionar. Porque la historia del club no puede entenderse sin Morales y sus vecinos de antaño y de hoy.

A la izquierda una fotografía de los años setenta, en el centro de finales de la década y a la derecha año 1982/1983 en el antiguo Estadio Ramiro Ledesma. | Cedidas

Y es que el proyecto no solo nació para salvaguardar la memoria, sino también el recuerdo de quienes han ayudado a dar continuidad a cincuenta años de club y que ahora ayudan a dar forma al relato de décadas, en el que se aprecia la evolución de un equipo cuyo objetivo es “el deporte”, explica su presidente José Alfonso Segurado, que ve este proyecto como una oportunidad ilusionante para la temporada, tras un año en el que llegó la decisión de alejarse de la competición para mantener la seguridad durante el COVID. Priorizaron el deporte y hoy lo homenajean.

Ahora el club regresa a los campeonatos. En algunos casos, bajo las camisetas de los hijos de los jugadores de los años setenta y ochenta, un auténtico relevo generacional que asegura la continuidad de un club por el que muchos sienten “añoranza”, explica Paco Girón, entrenador y antiguo jugador que recuerda el viejo campo de arena con dos focos y redes tejidas a mano. Desde entonces ha pasado mucho tiempo, y con él, algunas equipaciones de color rojo y azul, aunque al final triunfó el amarillo, color que sigue marcando la identidad del club.

Historia del fútbol

A través de este testimonio visual se puede observar la evolución del equipo desde esas primeras formaciones a los cien jugadores –muchos de los cuales son niños– que actualmente entrenan en Morales y que hacen que este club siga vivo día a día.

Tejer una historia común, entre todos. “Queremos recordar a la gente de antaño, a lo que fue el pueblo viejo de Morales”, explica el entrenador, con una vida de implicación en la formación zamorana.

Morales del Vino ya no es lo que fue, y el club, tampoco. Por ello, ordenar los recuerdos que se desperdigan entre vecinos y antiguos jugadores se presenta como una tarea importante no solo para el club, sino para el pueblo. Y la respuesta de momento ha sido estupenda, resumen los responsables de la iniciativa ante el gran número de fotografías y vídeos recopilados de todas las décadas desde que el equipo existe.

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