Las comarcas de Aliste, Tábara y Alba y sus 31 municipios y 102 pueblos se enfrentan a la Navidad con menos familias que desde que finalizara la Guerra Civil. Las navidades más concurridas fueron desde 1939 hasta 1963 (había entonces más de 45.000 habitantes frente a los 14.000 de hoy) cuando dio inicio un grave éxodo que dura ya 60 años.

La pandemia originada por el COVID se suma ahora a los graves efectos de la despoblación rural galopante. Son varios los pueblos en los que con la llegada del invierno se puede contar con los dedos de las manos los vecinos que se han quedado a pasar las fiestas. En algunos casos, incluso, sobran dedos.

Villarino Manzanas, Flechas, Riomanzanas, San Pedro de las Herrerías y Villarino de Cebal serían algunos ejemplos de los pueblos donde en el mejor de los casos quedan no más de 8 personas. La cifra choca con el censo veraniego, cuando la población se eleva considerablemente.

Fue Aliste tierra de emigrantes y durante más de medio siglo llegando estas fechas se contaban por miles los hijos y nietos que dejaban la ciudad para regresar al pueblo con padres y abuelos. Muchos ancianos han fallecido, y otros ya octogenarios y nonagenarios son ahora los que dejan su amado pueblo para irse con sus descendientes a Madrid, Vitoria, Valladolid, Gijón, Bilbao, Barcelona o San Sebastián. Las tornas han cambiado.

Un éxodo que se iniciaba con el puente de Todos los Santos y que no tendrá fecha de regreso hasta la Semana Santa de 2022, ya en abril con la bonanza de la primavera.

No se pierde la esperanza

Figueruela de Arriba (que aglutina a Flechas, Riomanzanas, Villarino Manzanas, Moldones y Gallegos del Campo) es uno de los municipios donde más se va a notar en estas fechas los efectos de la España Vaciada, sin embargo no por ello no van a dejar de disfrutar la Navidad.

Las figueruelas es uno de los más claros ejemplos de la despoblación rural en España tras ver desaparecer 1.413 personas en 120 años: pasando de los 1749 de 1940 a los 336 actuales (161 varones y 175 mujeres).

Para ello Figueruela cuenta ya con el Árbol de Navidad más grande de la provincia de Zamora. Un cedro de unos 30 metros de altura situado en el antiguo cuartel de la Guardia Civil en el que se han colocado 350 metros de cableado, con 20.000 luces led: para ello se hubo de contratar una grúa dado lo complicado de la operación.

Dada su ubicación y altura se puede ver rompiendo la oscuridad de la noche desde pueblos de España y Portugal como Sao Juliao, Quintanilha, Río Frío, Nuez, Moldones, Figueruela de Abajo, Trabazos, El Poyo, Vega, San Vitero o San Cristóbal.

El 3 de junio de 1971 fue la fecha en la que Franco y el ministro de Gobernación Tomás Garicano Goñi firmaban el decreto dando luz verde a construir la casa cuartel de la Guardia Civil de Figueruela. Ello supondría que el cedro ahora Árbol de Navidad más grande de Zamora tendría 49 años.

Muestra del éxodo invernal de los alistanos de la tercera hacía la ciudad es Villarino de Manzanas (Figueruela de Arriba). Muy atrás quedaron tiempos de explendor poblacional cuando allá por 1900 eran 149 vecinos.

Durante la posguerra vivió un incrementó y en 1949 alcanzaba los 164. Y llegó la emigración hacia Madrid, Asturias y Valladolid, bajando a 110 en 1970. Peor aún fue la década de los sententa que se perdieron 55 habitantes para bajar en 1981 a sólo 44 vecinos. El declive continuo bajando a 35 en 1991 y hasta 27 en 1996.

Decoración del árbol navideño en Figueruela de Arriba

Flechas revive en Nochebuena

En la actualidad el padrón de Villarino registra sólo 16 vecinos, aunque el pasado verano, en agosto, se llegaron a contabilizar 157 residentes. Tras el éxodo de los Santos y la Inmaculada Concepción sólo 8 personas se han quedado para celebrar la Navidad. Flechas tiene 13 empadronados. Sin embargo solo dos familias y matrimonios, seis personas, pasarán las fiestas navideñas allí. Flechas llegó a sumar 56 habitantes en 1960, todo un logro, tras iniciar el siglo XX con 24. Bajó a 44 en 1960 y sufría una brusca caída a 12 en 1970. En 1980 se convertía en el pueblo con menos habitantes de Aliste: cinco. A partir de ahí se ha vivido una pequeña subida.

En 2019 ni uno quedó en Navidad. Riomanzanas es uno de los casos más llamativos y preocupantes: en 1910 tenía 220 habitantes. Al ser población fronteriza vivió momentos de esplendor al tener puestos de Carabineros y Guardia Civil llegando a 261 en 1950. Hoy cuenta con 26 y en verano se llegan a rondar los 200 residentes. En navidades se quedarán sólo 7 personas y el pueblo luce una atractiva iluminación. San Pedro de las Herrerías es desde 1942 uno de los pueblos más conocidos de Zamora por el campamento San Ignacio de Loyola que durante muchos años en verano convirtió al pueblo en el paraíso de niños y adolescentes. Pero con el COVID y el invierno la situación dio un giro radical: tiene 13 empadronados pero solamente pasará uno de ellos allí las navidades.

Por suerte está el centro de turismo rural Veniatia que con sus clientes animará sus calles. También podría regresar alguna de las familias foráneas que allí tiene casa propia o arrendada. Los ayuntamientos de Figueruela y Mahide estarán atentos a las necesidades vecinales en casos de emergencias y pedirán una mayor presencia de los efectivos y controles de la Guardia Civil. Estos son los pueblos que cierran 2021 con menos empadronados: Castillo (3), Villarino de Cebal (7), San Pedro de las Cuevas (8), Tolilla (12), San Pedro de las Herrerías y Flechas (13), Villaflor (14), Villarino Manzanas (16) y Vide (20). En muchos de ellos tras abundancia de gente en verano volverán a la triste realidad de calles y plazas vacías, soledad pura, por Navidad.