Aliste es cuna de historias y leyendas, vidas y amores en La Raya de España y Portugal. En unos tiempos donde se vive al día y los compromisos son efímeros, cultivando rupturas familiares, separaciones y soledades, allí, en tierras alistanas y trasmontanas, muchas de las veces las bodas de antes y los amores son para toda la vida.

Juan Senández Terrón de Trabazos y Ángeles Poyo Gago de San Martín del Pedroso cumplieron el 4 de diciembre medio siglo de casados. Importante es para ellos el amor, como también los aconteceres ya vividos. Ya sentencio el profeta Jeremías y no le faltaba razón: allí donde haya un paraíso nunca faltará un valle de lágrimas.

Es la suya una historia de ensueño labrada y escrita en seis países diferentes: España, Portugal, Alemania, Suiza, Italia y la caribeña Cuba. Año 1951: iglesia de San Pelayo Mártir de Trabazos. Allí se inicia la historia con la boda de María Terrón Morán nacida en dicho pueblo el 8 de septiembre de 1927, hija de Pedro y Margarita; y Agustín Senández Terrón nacido el mismo año en Ciego de Ávila en Camagüey (Cuba) hijo de la alistana Juana y de un gallego de Santa Pola de Carlota.

Una fiesta familiar Chany Sebastián

En el seno de la familia nacía Juan Senández Terrón el 22 de octubre de 1952 en Trabazos y su hermana Caridad. Al domingo siguiente el cura don Marcelino lo bautizó. Infancia alistana, entre juegos de “píngula”, Nochebuena de “Corderas” y primaveras de ir a nidos”, donde sin darse cuenta asumió que la vida le daba dos alternativas. “Ser pastor o labrador con una vida de supervivencia o emigrar para progresar” aun siendo muy consciente de la dureza de convertirse en “hijo pródigo”, de la necesidad, abandonando tierra y familia, sabiendo que la vida es un juego en tiempo real donde el éxito y el fracaso estarían siempre al acecho como compañeros de viaje.

La Enciclopedia Álvarez, obra del ilustre alistano de Ceadea Antonio Álvarez, fue la fuente de sus conocimientos de infancia pues la EGB (Educación General Básica) le cogió de refilón camino de los catorce años. Su único maestro fue don Leoncio de San Juan del Rebollar.

Ni a ser joven esperó. Siendo solo un adolescente de 15 años, de compañera una vieja maleta y lo justo para pagarse los peajes de autocares y trenes, Juan se lanzó a la aventura de convertirse en un “alistano errante”. Siguió los pasos de aquellos paisanos que se habían ido años antes a buscar fortuna y el pan nuestro de cada día más allá de los Pirineos, unos a Francia, otros a Alemania; él a Suiza, en la parte rayana con Italia.

Amores al abrigo de la emigración Chany Sebastián

Cuando llegas a tierra extraña, extranjero y no tienes formación alguna, la única alternativa es empezar de cero. No es pues extraño que sus primeros francos suizos los ganara fregando miles de platos en el restaurante “Campaña” de Minusio. Trabajó duro, observaba, ayudaba y aprendía, cosa que no pasó desapercibida para el chef italiano Giusepe que se encargó de trasmitir su saber mientras daban de comer a gentes de Suiza, Italia y Alemania.

Solo dos años después ya como cocinero probaba fortuna de chef en el buffet “La Estación” del ferrocarril de Lugano cautivando con sus manjares a viajeros y turistas. Regresó a España para cumplir el Servicio Militar que, con lo aprendido en Suiza, pudo hacerlo como cocinero en la Capitanía General de la VII Región Militar de Valladolid, para el Capitán General Pedro Merry Gordón. Una vez licenciado trabajó en Benavente, hasta 1980 en que, tras trece años de trotamundos, el Hijo Pródigo decidió regresar a su tierra con lo ahorrado.

En Trabazos montó el hotel y restaurante “Los Castaños”, abierto el 7 de mayo de 1980 a las 20 horas, junto a la travesía de la Nacional 122: Itinerario Europeo 82 Helsinki-Oporto que garantizaba tránsito y clientes. No obstante, su éxito y acierto coincidió con la época en que Trabazos era lugar de peregrinaje de gentes de toda España y del extranjero llegados para tomar la llamada agua milagrosa del curandero Rafael Morán Martínez: “Había días que había mil personas y la mayoría se quedaba a comer y dormir”. Fue un adelantado a su tiempo, un echado para adelante: también en el amor. Se casó con 18 años, antes de la mili y como buen “Caballero Alistano” cumplió la tradición: su boda fue en el pueblo de la novia, allá por donde “La Riberinha” se le apareció a la pastorcilla portuguesa de Quintanilha que el habla recuperó: San Martín del Pedroso.

Juan Senández Terrón dio el sí quiero en la iglesia de San Martín de Tours a su amada Ángeles Poyo Blanco en un día de inverniza: el 4 de diciembre de 1971. Parece que fue ayer, pero ya han pasado 50 años, de matrimonio compartiendo alegrías y tristezas, sonrisas y lágrimas, que de todo hay en la Viña del Señor y en Aliste y Tras os Montes hasta lo fácil a veces se hace difícil.

Ángeles nació en San Martín del Pedroso el día 29 de enero de 1950 y conoció a Juan en las fiestas de San Pelayo de Trabazos (26 de junio) y se hicieron novios en las de San Martín (11 de noviembre) con sólo 16 años y citas de enamorados en el extranjero: al otro lado de las aguas internacionales del río Manzanas. Ella, tras un período en Barcelona, se fue con él a Suiza.

Los alistanos el día de su boda en San Martín del Pedroso

Cultivado el amor se hizo familia y fueron llegando los frutos, siendo el primero Juan Senández Poyo el 4 de octubre de 1974. Luego Raquel y Daniel. Su primer nieto fue Marcos Senández nacido el 6 de enero de 1998 (Cocinero que sigue los pasos de su abuelo) que, junto a su pareja, Eva Calvo Domínguez de Alcañices le dieron su primera bisnieta el 9 de enero de 2021: Valeria.

Con la jubilación, ganada y merecida, que le llegó en 2018, Juan y Ángeles, decidieron dedicar parte de su tiempo a disfrutar y a vivir la vida. Las bodas de oro, oficiadas por el arcipreste de Aliste y Alba Fernando Lorenzo Martín tuvieron lugar en el santuario de la Virgen de la Soledad, una de las “Siete Hermanas” de España y Portugal. Allí refrendaron su promesa de amor eterno ante la Señora que cada San Miguel (8 de mayo) se hace romera.

En la ceremonia religiosa y gastronómica tenía lugar un hecho insólito pues en ella se dieron cita hasta cinco generaciones diferentes de una misma familia, desde la abuela María (1927), su hijo Juan (1952), su nieto Juan 1974), el bisnieto Marcos (1998) y la tataranieta Valeria (2021).

La pandemia del COVID puso freno al amor familiar en 2020 y 2021. El santuario mariano de peregrinación de la Virgen de la Salud de Alcañices (pueblo de la novia) acogerá en 2022 el enlace de Marcos y Eva: una familia de mil amores y de bodas eternas. Son amores sin fronteras: amores que se pasan de La Raya.