El lobo volvió a causar estragos en la cabaña ganadera de ovino en la provincia de Zamora, en esta ocasión al sur del Duero, concretamente en la localidad sayaguesa de Gáname, donde una explotación ganadera en semiextensivo contó un total de 29 ovejas muertas, todas ellas mordidas por el predador.

El ganadero, Desiderio Huertas, se encontró la desagradable sorpresa al llegar a su finca en la mañana del jueves. Halló 21 de sus ovejas de raza Castellana sin vida, y otras 15 heridas por las fauces del cánido. De ellas, ocho perecieron a lo largo de la mañana de ayer y otras siete reciben curas y cuidados en la nave ganadera, “aunque es probable que varias no salgan adelante”, lamentaba el propietario de la explotación en declaraciones a este diario.

Varios de los animales muertos estaban en estado de gestación, por lo que además de 29 ovejas la ganadería ha perdido varios corderos de raza Castellana, que nunca nacerán ni serán vendidos. “Llegué a ver cinco fetos fuera de las bolsas, porque las madres estaban completamente abiertas, pero no he querido contar si había más ovejas embarazadas entre las muertas”, relata el afectado tras pasar una mañana haciendo balance de los daños sufridos. “Era un espectáculo horroroso, sinceramente”, reconoce. La mayoría de los animales muertos tenían el abdomen abierto por las mordidas del lobo y los órganos expuestos.

Una oveja muerta y el feto de cordero que llevaba en su interior. | Cedida

“Tampoco he querido echar cuentas del dinero” que ha costado el ataque del lobo, expresa. A situaciones como esta que tuvo que vivir ayer Desiderio se enfrentan cada día del año diferentes ganaderos de Castilla y León. Agricultura reconoció en 2020 un total de 1.835 ataques de lobos a explotaciones en la comunidad, una media de cinco por jornada, todos los días, aunque no siempre trasciendan a los medios de comunicación.

En este caso, el ganadero de Gáname ha perdido el 5% de su cabaña ganadera, que asciende a 600 ovejas. Las madres paridas y otras en estado de gestación avanzado pasaban la noche a cubierto, dentro de una nave de la ganadería. Unos 400 ejemplares, sin embargo, estaban en un cercado al aire libre, cercado que el lobo saltó para cazar. “Si las metiera todas juntas en la nave, los lobos acabarían entrando y las consecuencias podrían ser peores, ¿cuál es la solución, dormir con las ovejas y estar con ellas las 24 horas? Ya pasamos el día entero aquí, tendremos que acabar pasando también las noches en el campo”, asevera.

Que el lobo ibérico ya está asentado en Sayago es una realidad, como lo son los ataques al ganado en la comarca. En otra explotación de la propia localidad de Gáname una actuación del predador se saldó con la baja de diez ovejas el pasado mes de agosto. A solo 18 kilómetros de esta localidad, en Gamones, el pasado 15 de noviembre el cánido provocó la muerte de otras 34 ovejas por asfixia. Este ni siquiera es el primer ataque que vive Desiderio en su explotación, el último fue hace menos de cinco años.

Los ganaderos temen que el nuevo estatus de “sobreprotección” del lobo incremente el número de manadas en Zamora, y con ello también el número de ataques a las ovejas, un hecho denunciado por todas las organizaciones profesionales agrarias y por las cuatro comunidades autónomas que albergan el 95% de los lobos ibéricos que existen en España –Castilla y León, Galicia, Asturias y Cantabria–, las cuales han emprendido una batalla legal para tumbar la decisión tomada por la Ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, que no fue consensuada. “Siempre hubo lobos en Sayago y se comían alguna oveja, pero desde que no se podía cazar al sur del Duero los ataques fueron en aumento, y ahora, con la protección total en toda España la cosa irá a peor, si cada vez hay más lobos también habrá más ataques”, sentencia el ganadero afectado de Gáname.