La intensa jornada de trabajo del Observatorio Campo Grande “Participación social y diálogo para la coexistencia de la ganadería extensiva y el lobo ibérico” puso sobre la mesa que entre las palabras “conflicto” y “futuro” hay un amplio abanico de posturas y colectivos sociales conciliadores, desde conservacionistas y biólogos a ganaderos y administración.

Entre las propuestas más relevantes destacó incluir en los productos de ganadería extensiva en hábitats del lobo la certificación de servicios al medio ambiente, y estudiar la viabilidad de una tasa turística, lo mismo que ya se aplica en zonas turísticas. El turismo lobero “no solo es ir a ver al lobo al campo” sino plantear una experiencia integral.

La responsable de la Fundación Entretantos, promotor del Grupo Campo Grande, Nuria Alonso Leal, abrió las intervenciones explicando el origen y la línea de trabajo del Observatorio a partir del conflicto para seguir la vía “de la mediación social” para “poder establecer escenarios de diálogo y empatía”. Una labor “alejada de tópicos y discursos tóxicos”. Como resultado de este trabajo constructivo se elaboró la “Declaración del Grupo Campo Grande para el tratamiento del conflicto del Lobo”. Desde entonces se han mantenido numerosos foros de trabajo con diferentes colectivos de los territorios loberos y se ha impulsado un plan piloto de mediación en Sanabria, en el marco de una ganadería extensiva con un modelo de explotación extensiva y de convivencia ancestral con el lobo.

Las conclusiones de esta primera jornada abordaron los tres grandes pilares de la coexistencia: un consumo consciente, un mayor conocimiento del medio rural a través de la comunicación y el turismo concienciado.

Las propuestas de consumo pasan por llegar a un público generalista con menos grado de compromiso y menos concienciado, apoyarse en el comercio local –frente a la imposición de la gran distribución- y salir de los espacios especiales de consumo.

El debate sobre el lobo pone sobre la mesa la tasa turística y el valor ambiental del pastoreo

Una buena información sobre alimentación sostenible y saludable, la venta directa en explotación, el fomento de los mercados locales y cooperativas de consumidores se expusieron en el debate. El papel de la familia en hábitos saludables de consumo.

En el consumo hay un mercado hasta ahora no abordado que es la propia Administración para que adquiera, mediante concurso, productos locales y de kilómetro cero. Las explotaciones de extensivo carecen de mataderos y salas de despiece móviles facilitaría la venta en explotación, mediante el sistema de cooperativas e incluso productos cocinados.

Las propuestas pasan por un etiquetado a través de QR que aporte información e incluso vídeos del lugar concreto de origen y rediseñar el cálculo de la huella de carbono teniendo en cuenta la función de la ganadería extensiva.

El turismo tiene un papel relevante en el acercamiento de la ciudad al medio rural, con propuestas de experiencias añadidas en una explotación ganadera sumada al turismo de avistamiento de la fauna, familiar o escolar pero con los límites de no interferir en la actividad profesional ganadera, limitando además el número de turistas para que no haya una saturación ni suponga una carga. En este aspecto la propuesta pasa por paquetes turísticos y mostrar que la ganadería es un activo en la conservación.

En el área de comunicación y medios es necesario un mayor conocimiento rural a través de medios de comunicación, redes sociales, jornadas de periodismo y ganadería, creación de APP, e incluso su inclusión en el currículum escolar oficial, unidades didácticas específicas, talleres, formación de Grado. Opciones como el voluntariado en las tareas agroganaderas o experiencias como la trashumancia o la trasterminancia que aún se desarrolla en la comarca de Sanabria forman parte de esa batería de información y formación para conciliar el ecosistema urbano y el ecosistema rural.