Javier Díez Carracedo, uno de los apicultores de Porto, dedica estos días a castrar la última cosecha de miel del año antes de que las abejas dejen de libar las últimas flores a 1.500 metros de altitud y se acerque la nieve. Es tal vez “la miel que se recoge a mayor altitud de la provincia” afirma con convencimiento desde la villa portexa. La última floración es de la calluna, brecina, que proporciona una miel espesa, densa y muy difícil de extraer de los cuadros.

En una pequeña sala de extracción con un calefactor encendido se mantiene a una buena temperatura para que la extractora haga su función y separe la miel de los cuadros. Previamente hay que raspar la superficie para facilitar su extracción. Un labor entretenida y a la que Javier le echa horas y vacaciones.

Y todo el año las colmenas están en la sierra de Porto, a veces bajo una capa de 30 centímetros de nieve

Además de ser la de mayor altitud es la más “visitada” por el oso, 6 en 2020 y 2 este año en los parajes de Cárcovas y Feitas. En este caso no hay dudas en la afirmación de Javier Díez “soy el apicultor que más veces he sufrido ataques de oso”. Siete más una, en dos años. “Más una” porque el primer ataque fue atribuido inicialmente a un tejón y no al plantígrado. Se teme que en el mes de octubre el oso vuelva por la zona, como ocurrió el primer año.

La presencia del oso ha condicionado considerablemente su pequeña explotación hasta el punto de retirar todas las colmenas del paraje de las Cárcovas, en la carretera en dirección a Valdín, lugar de la mayor parte de las incursiones del oso que sorteó el doble cierre de piedra y de alambre. Volver a desplazar las colmenas depende de que se aprueben las ayudas a la adquisición de los pastores eléctricos convocadas por la Junta. Es una zona de paseo para los vecinos del pueblo, que si van varias personas “no tenemos miedo” responde una paseante.

Hasta finales de año no se conocerán las solicitudes que se hayan aprobado. Tiene 110 colmenas repartidas en varios colmenares, dos de ellos tienen 35 y 31 colmenas. El mínimo es de 40 colmenas por colmenar para cumplir uno de los requisitos. El otro, haber sufrido ataques, lo cumple sobradamente como se ha certificado en cada informe de la Guardería Medioambiental.

Osos y miel en la cumbre de Porto

Aunque no te den ayudas que te faciliten el poder hacer algo” se lamenta el apicultor que necesitan disponer de instalaciones fuera del casco urbano, al igual que los ganaderos que quedan. Para hacer una nave de 100 o 200 metros precisan una finca de 1.500 “aquí en zona de minifundio”. Facilitar a las personas que viven todo el año en el pueblo que quieran llevar a cabo una iniciativa deberían tener todo el apoyo “porque en la España Vaciada no todo es turismo, hay personas que tienen que vivir todo el año”.

Y todo el año las colmenas están en la sierra de Porto, a veces bajo una capa de 30 centímetros de nieve “tapadas y no se asfixian, al contrario conservan el calor de la colmena”. Este será un año de cosecha mejor que 2020 pero llevan tres años de descenso en la producción de miel, básicamente por los daños de las lluvias durante la época fuerte de floración. Este año se perdió buena parte del mielato del roble “llevamos tres años sin esta floración”. De cada colmena se pueden obtener unos 15 kilos de media, el año pasado fue de 10 kilos y en un año bueno 30 kilos. Si no aparece el oso o, peor aún, el tejón y la garduña que también provocan daños en los colmenares y esos no están contemplados.

Por el momento sigue haciendo la limpieza y el mantenimiento de la finca en previsión de poder volver a colocar las colmenas, otro trabajo que no se contabiliza a la hora de indemnizar los daños.