Vecinos de Rihonor de Castilla, Rihonor de Portugal y Guadramil participan en el estudio desarrollado por la Universidad de Alcalá de Henares, “Frontera hispano-portuguesa: personas, pueblos y palabras”, financiado por el Feder, el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidad y la Agencia Estatal de Innovación del Gobierno de España. El proyecto “Frontespo” está dirigido por el Doctor Xosé Afonso Álvarez Pérez del Departamento de Filología, Comunicación y Documentación de la Universidad de Alcalá.

El proyecto de investigación lingüístico y etnográfico abarca toda la frontera hispanolusa, desde Galicia a Andalucía, en los pueblos a ambos lados de la frontera. En esta fase, las primeras entrevistas con los informantes se han iniciado en A Mezquita y Moimenta en la provincia de Orense limítrofe con la Alta Sanabria. El pasado viernes realizó las entrevistas con los informantes de Rihonor de Castilla y el rihonorés, un dialecto único de este enclave. En ese marco geográfico de investigación también figuran Zamora y Braganza.

El lingüista Alberto Gómez Bautista desarrolla el trabajo de campo y de documentación lingüística en la comarca de Sanabria. “Rihonor es un caso particular” para los estudiosos de la lengua y porque es un pueblo dividido entre dos países. Y es precisamente por eso que “es un clásico” para los estudios antropológicos y lingüísticos.

En el barrio de Arriba, la parte española, viven 16 vecinos. En el barrio de Abajo la población es de unas 70 personas. El rihonorés es el dialecto común, además de los usos y costumbres en la convivencia.

Estudio del dilecto de Rihonor, Ximena Acuña con Alberto Gómez Araceli Saavedra

Ximena Acuña Valenzuela, la persona que se encarga de la oficina de información turística, es la que se ha encargado de reunir a un pequeño grupo de vecinos para las encuestas dialectales, las entrevistas antropológicas y el levantamiento de topónimos.

“Quedamos pocos” se lamenta una de las informantes más jóvenes de 60 años. El muestreo ideal para Alberto Gómez es mantener entrevistas con diferentes grupos de edad, de menos de 50 años, de entre 50 y 75 y de más de 75 años, para analizar si hay cambios en la transmisión oral de una generación a otra. Como en numerosos pueblos, no hay niños que tomen el testigo del rihonorés. El más mayor de los informantes tiene 96 años y ha sido emigrante.

Datos relevantes

La dinámica es establecer una conversación entre los participantes lo más natural y relajado posible. El investigador propone un tema, como por ejemplo los nombres de los árboles, y son los informantes los que amplían con sus conocimientos. En una investigación hay datos relevantes como la emigración, los lugares donde ha trabajado e incluso si es una persona casada “porque no se habla igual si estás casado”.

La Oficina de Turismo de Rihonor precisamente está situada en el antiguo molino. Ximena Acuña explica que “los hijos y los nietos entran, miran y se van. Los abuelos se quedan y explican cómo vivían y como trabajaban en el molino. Para ellos está tan lejana la manera en que vivían”.

Para las personas más jóvenes “es una pena que no se haya enseñado el rihonorés y que se esté perdiendo”. Cinco informantes se reúnen al pie de la Iglesia del pueblo para hacer gala de su patrimonio lingüístico.